El escultor vallisoletano Miguel Isla expone por primera vez en la ciudad tras participado en una muestra colectivas de la mano del premio de Escultura Caja España que logró en el año 1988.

-Por primera vez muestra sus creaciones en solitario en la ciudad tras años de carrera.

-Es una de las galerías más interesantes de la región y es uno de los exponentes más interesantes de nuestra región porque no todas las ciudades tienen una galería con programación estable.

-Usted es un artista hecho a sí mismo.

-Desde niño ya dibujaba y jugaba con el barro. A los 15 años entré en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid y comencé un poco más en serio. Siempre he compaginado pinturas con escultura y grabado, me han llamado la atención todas las artes. De hecho tengo material preparado para una exposición de pintura de obras de gran formato inspiradas en viajes, algunas de ellas inspiradas en el Nilo o en Australia, y llevo casi 20 años sin exponer este tipo de obras, quizá porque soy más conocido en mi vertiente escultórica y es la faceta que más me demandan. La pinturas es un camino distinto pero es dentro de una línea en la estoy acostumbrado a desenvolverme.

-Y ¿en qué consiste esa línea?

-Es una abstracción formal descriptiva porque me gusta describir en cada obra. Cada pintura y cada escultura tienen algo que contar, describen un viaje o una sensación. En las esculturas que se exhiben en Zamora en "Polimorfia" son componentes geométricos donde doy más importancia a lo que no está que a lo que está, es decir, me interesan más los espacios vacíos donde no hay forma. Estas esculturas son casi como la cáscara de la verdadera escultura. La mayoría de las obras son proyectos para obra monumental, de hecho la de mármol circular la acabo de hacer en Chipre en una pieza de nueve toneladas.

- Además en algunas introduzco color.

-Era algo ya hecho en la escultura antigua, es un poco volver hacia atrás, no es una novedad. Introduzco el color en varias piezas que forman parte del homenaje a Catalina Montes, premio de Humanidades de Castilla y León y alma mater de la Fundación Segundo y Santiago Montes, que ayuda a El Salvador. Esas esculturas fueron mi homenaje personal a esta mujer que nos dejó un gran vacío por su amistad y por su labor.

-Los estudios previos realizados en diversos materiales los complementa con obra pictórica.

-Una serie de ellos son "Cartas a Oteiza" porque mi trabajo a este grande de la escultura le interesaba. Son unas cartas espirituales con este gran autor. También en un gran papiro, que traje de Asuán, están inspirados en el Nilo durante estuve algo más de un mes con motivo de una pieza monumental que hice allí.

-Alude a sus viajes a Egipto por piezas monumentales, pues tiene piezas en los cinco continentes y sin embargo sigue teniendo su estudio en su pueblo y es uno de los escultores más internacionales de la región.

-Tengo más de un centenar de obras repartidas por todo el mundo. Empezó de una manera casual porque hubo una convocatoria en Francia, por el 50 aniversario del desembarco de Normandía, que estaba abierta a artistas de los países que participaron en la II Guerra Mundial. Les remití mi propuesta y me la rechazaron porque España no había participado, les respondí recordándoles que la liberación de París se produjo por republicanos españoles. Me dieron la razón e hice mi primera escultura. A raíz de ella conocía otros artistas internacionales que te mandan información sobre nuevas convocatorias para dotar a un parque o una calle de una escultura. En los últimos tiempos como he hecho tantas piezas me contactan conmigo así este año las seis que he hecho han sido directamente de encargo aunque sigo concursando.

-Y ¿qué prefiere?

-Es mucho más placentero cuando te llaman y te proponen solo el material; tienes más libertad creativa porque puedes hacer lo que quieres. En un concurso te tienes que ajustar a lo que has planteado aunque también es un reto hacer algo para un espacio determinado y a veces te fijan una temática concreta. Siempre intento acercarme a la cultura a la que voy. Las dos últimas que he hecho en China eran de once metros y las tienes que hacer in situ.

-¿Pasados los Pirineos la escultura es más valorada?

-Sí. Pese a que Castilla y León es una tierra con grandes antecedentes de la escultura aquí es una rama de las artes todavía complicada de sacar adelante en España. La pintura es más fácil de situar en una pared en una casa o de coleccionar frente a la escultura que es más voluminosa pese a que en esta exposición en Zamora piezas pequeñas. En nuestras casas tenemos libros que cuentan historias algo que también hacen las esculturas ¿si tenemos libros, vídeos o dvd que cuentan historias porque no esculturas que nos cuentan también su propia historia?