El jefe de la Unidad policial que investigó la presunta estafa de Cetragran llegó a la conclusión de que los propietarios, de iniciales A.F. P. y M.F.P., se dedicaron «a hacer caja» antes de cerrar la empresa, los meses anteriores al concurso de acreedores, cuando sabían que iba a quebrar la sociedad. En su declaración en este tercer día de juicio, el jefe de la Unidad policial que llevó directamente las pesquisas califica la práctica empresarial de Cetragran, que dejó a deber casi 16 millones de euros a acreedores, como «un gran nazareno», timo en el se verían perjudicados 201 agricultores de diferentes puntos del país, para lo que la sociedad zamorana «daba apariencia de solvencia, acumulaban el cereal, pero no pagaban» a los productores que les suministraban.

Una práctica que venían realizando los socios de Cetragran cuando «la situación económica ya era mala» y de la que los propios trabajadores de la firma zamorana «se extrañaron» porque se comenzó a comprar «gran volumen» de cereal en esos últimos meses d 2008 y primeros de 2009 con la empresa Eurotaif Siglo XXI, que era nueva en el sector y cuyo propietario tenía antecedentes policiales y penales por estafa. El policía especificó que los administradores de Cetragran «tenían perfecto conocimiento de la situación por la que pasaba la empresa y que daba la impresión de que actuaban para hacer caja y conseguir el máximo posible» antes de que cerrase la empresa, «todo parecía dirigido, ya su padre, con Cereales Fuentes, tuvo otro caso similar» en los años 90.

Asimismo, el agente confirmó «el desvío de dinero», de casi dos millones de euros, a empresas de A.F.P. en Portugal, Ibérica Récord, y otras de Zamora como Lácteas Sayaguesas.