El adolescente zamorano que difundió por WhatsApp, a través del teléfono móvil, una fotografía íntima de una compañera de clase, obtenida por la relación de confianza entre ambos, podría ser condenado por el Juzgado de Menores a realizar trabajos en beneficios de la comunidad por un tiempo de 50 días, de acuerdo con la petición de la Fiscalía de Menores, que ha investigado la denuncia interpuesta por la afectada.

El adolescente, de 16 años de edad admitió haber enviado la fotografía a un amigo, pero niega haberla colgado en un grupo de WhatsApp de más estudiantes del centro en el que cursan los estudios la adolescente y ellos dos, en el que estaban los alumnos de un misma asignatura. Fue a través de esta Red Social como la instantánea llegó a difundirse y extenderse.

A partir de ahí, la menor, de 17 años de edad, asegura que recibió insultos y vejaciones de otros alumnos, que realizaban comentarios despectivos cuando la veían, de acuerdo con el relato que hizo al comparecer ante la Fiscalía de Menores, apuntan fuentes próximas al caso. La conducta del menor fue denunciada en el centro educativo, al que acudieron los padres de la adolescente para poner en conocimiento de la dirección lo que había ocurrido y las consecuencias que estaba teniendo para su hija.

El expediente concluyó con la expulsión del escolar que había recibido la fotografía, que consiguió porque comenzó a chatear más con la menor y llegó a pedirle que le mandara una fotografía íntima, a lo que la chica accedió voluntariamente, admitió, sin pensar que la imagen acabaría en el grupo de WhatsApp. La niña bloqueó en su teléfono móvil a quien está ahora a punto de ser juzgado por difundir su fotografía.

Este tipo de prácticas que se denominan "sexting" consisten en intercambiar fotografías de contenido sexual, así como vídeos, según lo que establezcan las dos partes en la relación íntima que se ha iniciado y está más extendida de lo que pudiera creerse, dada la hegemonía que van ganando las Redes Sociales en todo tipo de relaciones entre los individuos. En este caso, la familia de la niña decidió denunciar los hechos también ante la Fiscalía de Menores, que emprendió las oportunas investigaciones y terminó por abrir un expediente al menor para sancionar una conducta que estima delictiva.

La acción del acusado atentaría contra la intimidad de la adolescente, quien ha visto cómo el compañero de clase con quien chateaba por el WhatsApp no respetó su intimidad y hizo llegar la fotografía a un amigo. El juez de Menores deberá ahora determinar si accede a imponer las 50 horas de trabajo a el menor o si reduce la sanción que solicita la Fiscalía. El acusado podría llegar a algún acuerdo con el Ministerio Público para lo que debe admitir los hechos, lo que le puede suponer una reducción de la pena.