Los corderos lechales de la IGP Lechazo de Castilla y León incluirán el corazón amarillo de Tierra de Sabor para garantizar su origen. La iniciativa trata de promocionar el producto regional y diferenciarlo del importado que proviene de países como Portugal, Francia o Italia, "con más de 220.000 lechazos que durante las fechas navideñas vienen de otros países y se sacrifican en los mataderos de la región, también en los de Zamora, pero que no son de la tierra", advierte la consejera de Agricultura de la Junta de Castilla y León, Milagros Marcos, sin dudar de su legalidad. La responsable autonómica firmó ayer con la presidenta de la Indicación Geográfica Protegida Lechazo de Castilla y León, Guadalupe Tejero, un protocolo destinado a la promoción de la figura de la calidad de forma conjunta con el distintivo Tierra de Sabor.

Mejorar la competitividad del lechazo de Castilla y León y promover el desarrollo del medio rural son los objetivos del convenio marco, que apuesta por una "identificación estratégica y unitaria del sector" como base para "generar riqueza y asentar población".

El acuerdo incide en reforzar los controles que se practican tanto a los operadores comerciales como en mataderos y ganaderías para evitar cualquier fraude. En este sentido, Tejero envía un mensaje de tranquilidad al consumidor y al ganadero para garantizar que "los lechazos que salen del mercado con Tierra de Sabor o la IGP son procedentes de ganaderías de Castilla y León y si alguien comete fraude, va a pagar por ello".

El marcaje de la producción contempla dos tipos de vitolas: una roja que lleva el símbolo de la IGP con la parte superior azul, simbolizando el cielo, y la inferior amarilla, que representa el color de la tierra y del cereal; y otra vitola negra con el corazón de Tierra de Sabor que identifica a sus lechazos. Esta última acoge todas las razas de lechazo regional mientras que la IGP se centra en la churra, castellana y ojalada.