La Carta Magna española se aproxima a la cuarentena y afronta los 38 con varios retos en el horizonte, tras su conmemoración durante la jornada de ayer. Hablar de su reforma ya no es un tabú y la mayoría de los partidos y sectores sociales apuestan por emprender el proceso de transformación a lo largo de esta legislatura.

La reforma del Senado, la sucesión a la Corona, los cambios en la Ley Electoral, el blindaje de los derechos sociales o la organización territorial para la distribución de competencias son los grandes retos que, según los zamoranos, afronta una Carta Magna intacta a pesar del transcurso del tiempo, con la salvedad de un par de modificaciones impuestas desde Europa.

La necesidad de delimitar y clarificar las competencias entre las entidades estatal, regional y local abre una caja de Pandora que da paso a cuestiones complejas y que, sin duda, traerán polémica. Es el caso del sistema de financiación autonómica, pieza clave. Sobre esta necesaria reforma se pronuncia el zamorano Enrique Calvo, quien apunta que "es necesario cerrar el mapa competencial para evitar duplicidades y, salvo en las comunidades donde existe una tensión territorial, en el resto serán favorables a que no haya dispersión de competencias e incluso favorables a que el Estado recupere algunas de las cedidas".

La discriminación por razón de sexo establecida en la Carta Magna tampoco se le escapa a los ciudadanos, que no entienden que "casi 40 años después tenga prevalencia el varón sobre el hombre", apuntan Helena Díaz y Santiago Martín. Este último, además, confía en que "la reforma de la Constitución no sea para darle gusto a algunos y darles más privilegios de los que ya tienen", apunta, en alusión directa a "vascos y catalanes".

Pese a que los principios rectores de la Constitución contemplan derechos sociales básicos como la vivienda, la salud o el trabajo, su blindaje es una de las peticiones que muchos zamoranos piden a la futura reforma constitucional. No obstante, por sí misma la modificación "no creo que garantice nada, pese a ser una norma fundamental", añade María Jesús Nogueira.

La Ley Electoral tampoco convence y no hay zamorano que no insista en la necesidad de su reforma para que el sistema sea "más proporcional y equitativo", en definitiva, "más justo".