El acusado de vender más de 200 tostones de una explotación de Fuentesaúco, ubicada en el paraje de Las Casas Quemadas, en la campaña de Navidad de 2013, acaba de ser condenado a seis meses de prisión, tras confesarse responsable de un delito de receptación, es decir, de comercializar animales que sabía que proceden de un robo.

Los otros dos procesados saldarán su deuda con la justicia con el pago de sendas multas de 240 euros: uno de ellos por falsificar las guías de los lechones para darles de legalidad y hacerlos pasar por tostones de su explotación ganadera; y al otro, por admitirles en su matadero, situado en la provincia de Salamanca.

El robo de los tostones, en el que no se pudo demostrar que participara el condenado a prisión, se produjo a primeros de diciembre de 2013, durante una noche en la que, según parece, quienes acudieron a Las Casas Quemadas, a unos kilómetros de Fuentesaúco, tuvieron que realizar más de un viaje a la nave del ganadero saucano, dada la cantidad de tostones que se llevaron.

Por ello, se cree que los ladrones actuaron desde primera hora de la noche, ayudados por una furgoneta o un vehículo de características similares. Ninguno de los tres detenidos y procesados es vecino de la zona ni zamorano. En cuanto a los autores del robo, es posible que vigilaran el negocio y las costumbres de su propietario antes de asaltar la nave.

El empleado del ganadero fue quien se percató a la mañana siguiente del robo, que dejó bastante mermada la explotación. Desde el negocio, se comunicó a los mataderos más próximos a Fuentesaúco del suceso, para que tuvieran en cuenta el expolio que acababan de sufrir. Al mismo tiempo, los responsables del negocio se aproximaron a esas instalaciones industriales salmantinas y consiguieron localizar algunos de los tostones por lo lotes y dadas las características concretas de algunos, diferentes de los demás. Hechas las comprobaciones se comprobó que la guía que se había adjudicado al animal no se correspondía con la real, sino con una explotación más pequeña.

El principal acusado, contra quien no existen pruebas de que participara en el robo, se conformó con la petición del Ministerio fiscal tras admitir la comisión del delito que castiga a quien "con ánimo de lucro y con conocimiento de la comisión de un delito contra el patrimonio o el orden socioeconómico (hurtos o robos), en el que no haya intervenido ni como autor ni como cómplice, ayude a los responsables a aprovecharse de los efectos del mismo, o reciba, adquiera u oculte tales efectos". Las penas de prisión que se imponen son de seis meses a dos años, por lo que en este caso se le impuso la menor de ellas.

Los robos de lechones o corderos se suceden en Fuentesaúco en la víspera de Navidad, en las primeras semanas de diciembre, en los últimos años, según afirman vecinos de esta localidad. De hecho, el año pasado por esas fechas uno de los ganaderos del municipio perdió 60 lechones de una explotación ubicada en el paraje de las Cuquillas, en la carretera de Salamanca. El empresario no logró recuperar ninguno de los animales porque "al ser un número menor" que los 200 del caso anterior, "se camuflan mejor", apuntan fuentes próximas al industrial afectado, en la carretera Salamanca. La situación ha sido tal que los ganaderos han ido tomando medidas para evitar los robos, "los seguros también obligan a que lo haga", apuntan.