Que el Casco Histórico de Zamora no pasa por su mejor momento es un hecho constatable. Que un informe señale a la parte más antigua de la capital como una "zona potencial de infravivienda" y con serio peligro de convertirse en un espacio en el que se den "situaciones de riesgo para la convivencia" es algo por lo que preocuparse. Estas son algunas de las conclusiones sacadas del resumen sobre el diagnóstico de la ciudad elaborado de cara a presentar una estrategia de desarrollo urbano sostenible con cargo a los fondos europeos. Un documento en el que se dice del Casco Histórico que "está desconectado" del resto de la ciudad, que sufre un "progresivo deterioro" en su parque inmobiliario y que los solares existentes se han convertido en "focos de insalubridad".

Duras palabras las que surgen del diagnóstico sobre los problemas de la ciudad de Zamora, paso previo a solicitar los famosos y anhelados fondos DUSI. El documento es claro y conciso sobre la situación por la que pasa el que otrora fuera centro neurálgico de la capital. "El Casco Histórico ha quedado en buena medida desconectado de las zonas residenciales de la ciudad, tanto desde un punto de vista físico como económico, convertido en un fondo de saco", reza el informe.

La peatonalización de esta zona de la capital es uno de los argumentos esgrimidos para explicar la problemática situación. "Es algo que plantea hoy ciertos problemas de accesibilidad y desanima a posibles nuevos residentes. Esa falta de demanda residencial provoca, a su vez, el progresivo deterioro del parque inmobiliario. Hay muchos locales comerciales vacíos y escaso interés entre los propietarios para rehabilitar los edificios o para edificar en los solares existentes, que se convierten en focos de insalubridad y afean la zona monumental", indica el citado documento encargado por el Ayuntamiento de Zamora para obtener, por fin, los necesarios fondos europeos para el desarrollo urbano.

Toda esta situación, según el informe, pone "en serio riesgo de abandono y deterioro" al Casco Histórico. Un problema que puede provocar "su desertización y conversión en zonas de infravivienda y potencial conflicto social, dado que la población tiende a abandonarlas para buscar vivienda en zonas de nuevo desarrollo". Una circunstancia que ya ha ocurrido en otras ciudades y de la que alerta este documento.