Tras la declaración de los dos acusados llegó el turno de los testigos. En la jornada de ayer pasaron por la sala de la Audiencia dos hermanos de los imputados y un cuñado. Los tres aseguraron que no sabían nada de la "delicada" situación económica por la que atravesaba la empresa Cetragran en el año 2009, cuando finalizó con un concurso de acreedores. El cuñado reconoció que le había comprado al acusado una finca, pero no le explicó las razones, aunque le impuso un precio al que el comprador accedió sin problemas. "No me comentó ni la urgencia que tenía por el dinero ni los problemas económicos. De hecho, no puso ninguna objeción cuando le dije que le pagaría en tres plazos", explicó. Su mujer, por su parte, indicó que el matrimonio no había hecho "nada" con esa finca adquirida hace años. Por último, el hermano pequeño, quien trabajaba en la empresa familiar, también adquirió una nave propiedad de otra de las empresas de su hermano.

El Ministerio Fiscal pide las mismas penas y multas a la hermana del acusado, dada su condición de administradora de la empresa. En su declaración, la mujer reconoció que tuvo ese cargo durante 17 años "aunque de manera meramente testimonial", ya que desconocía el funcionamiento de la empresa. "Mi firma nunca ha estado en ninguna cuenta bancaria, ni como titular ni como autorizada", indicó. Abandonó el puesto en abril de 2009, pocos meses antes de la declaración de concurso de acreedores de la firma. "He sufrido ese concurso de acreedores y respondí como administradora. Quizá tenía que haberme preocupado un poco más por las cuentas de la empresa", apuntó, para subrayar que en ese tema ya había saldado su deuda con la justicia. Como abogada, la acusada especificó que su única intervención laboral en la empresa durante todos esos años había sido el recurso de las multas de tráfico de la flota de camiones "y algunas reclamaciones judiciales", añadió en su testimonio.