Llevar al pariente ingresado zapatillas cerradas en lugar de abiertas, tener el freno puesto a camas y sillones, bajar lo más posible las camas en pacientes con riesgo de caídas, evitar levantar todas las vallas para no obligar al enfermo a saltarlas si quiere salir del lecho o dejar los botones de aviso a mano cuando se vaya a quedar solo. Son pequeños gestos que pueden evitar caídas o accidentes y que están incluidos en la nueva guía de buenas prácticas que se está poniendo en marcha en el Complejo Asistencial de Zamora.

Fue uno de los trabajos presentados ayer en la III Jornada de Investigación en Enfermería. Yolanda Martín Vaquero explica que se hizo una evaluación del hospital para incorporar las ideas que pueden ayudar a mejorar la seguridad en paciente en aspectos, como por ejemplo las caídas, que suponen un importante costo en términos de salud y económico. "La medicación influye mucho en los pacientes al ingresar, muchos son ancianos que es nuestra población, con lo cual se desorientan, se encuentran en un medio extraño, solos, cambia todo su entorno y estos son factores facilitadores para que se produzcan caídas", explica Martín Vaquero. Por tanto hay que buscar factores para minimizar los accidentes o sus consecuencias. Por fortuna el hospital cuenta con "instalaciones muy seguras, porque tenemos suelos antideslizantes, el mobiliario es de la última novedad, los baños están preparados con sistemas de alarma, o sea que tenemos los recursos", pero se pueden mejorar aspectos sencillos pero muy efectivos.

La ostomía fue objeto de otra de las ponencias. En Zamora funciona desde hace un año una de estas consultas, a cargo de una enfermera estomaterapeuta, que atiende a los pacientes que van a necesitar bolsa desde los momentos previos de la intervención hasta el momento del alta e incluso después cuando la enfermera de primaria o del hospital que atiende al paciente requiera ayuda, explicó Ana Belén Báez, directora de Enfermería del Complejo Asistencial. El trabajo de Rocío Taboada reivindicó el papel de la enfermería para recetar productos de su competencia, como absorbentes, pañales o pomadas para las escaras. Hay estudios, dijo que en estos casos la prescripción enfermera es las eficiente que la del médico.