El que fuera jefe de obra y dos montadores de placas de hormigón que trabajaban en la construcción de una nave industrial en el polígono de La Hiniesta en Zamora se enfrentan a dos años de prisión, el primero, y a seis meses de cárcel cada uno de los otros dos imputados por el accidente grave sufrido por un peón al que le cayó encima una de las piezas de 6.500 kilos en febrero de 2011. El accidente laboral mantuvo en la UCI al empleado, hospitalizado durante 13 días y que estuvo impedido durante 88 para realizar sus actividades normales, por lo que el trabajador de la empresa Aisla Prieto, la fiscal exige una indemnización de 7.700 euros. El siniestro, que se produjo cuando descargaban placas de hormigón y las colocaban sobre una base inadecuada, según Trabajo, ya desembocó en una infracción juzgada en vía laboral, con sanción por incumplir el Plan de Seguridad y Salud en la obra, al no estar el responsable de velar por que se cumplan esas normas, que estaban incompletas, según atestiguaron el inspector de Trabajo que acudió al lugar del accidente y el responsable de la Unidad de Seguridad que elaboraron los informes que justifican las imprudencias.

La Fiscalía imputa un delito contra los derechos de los trabajadores en concurso con un delito de lesiones por imprudencia grave al primero de los acusados, de iniciales J.A.P., y que ayer negó en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal ser jefe de obra en contra de lo manifestado a la Policía Municipal el día del accidente, ocurrido febrero de 2011, y después ante el juez que investigó la causa. El Ministerio público pide a la magistrada que juzga el caso que imponga una multa de 3.600 euros para este imputado, para que el que también exigió la inhabilitación para ejercer su profesión y cuyo abogado solicitó su absolución. El letrado alega que en el momento en el que se produjo el accidente cuando descargaban las placas para apilarlas en la zona de tajo, no se encontraba presente, se había ido a comer el bocadillo y antes de abandonar la zona había dejado organizado el trabajo. A los otros dos acusados, montadores de placas de la empresa Presla, se les imputa un delito de lesiones por imprudencia al estimarse que indicaron al gruista que descargaba las piezas cómo colocarlas, según la Fiscalía y la acusación particular. Sus abogados también pidieron la absolución porque su función se limitaba a colocarlas.