Libros confeccionados con tela que piden a gritos ser palpados, agendas con llamativas portadas que instan a ser abiertas, volúmenes con cuidadas cubiertas o una máquina sacapruebas que ayuda a conocer el trabajo de la imprenta pueblan desde ayer el vestíbulo del Museo Etnográfico, en su entrada por la calle Corral Pintado, en el mercadillo enmarcado dentro del I Encuentro de Editores Artesanales que reúne hasta hoy en el centro regional a once profesionales procedentes de todo el país.

"No son publicaciones que tengas normalmente a tu alcance y que tienen una magia especial. Transmiten muchas sensaciones", decía una mujer que optó por comprar uno de los volúmenes tras haber escuchado las explicaciones de su autora, mientras que en el salón de actos, donde el público estaba distribuido en unas mesas camilla o bien en las tradicionales sillas del espacio, tenía lugar la apertura del encuentro, alejada de formalismos. En ella el director de Etnográfico, Pepe Calvo, respaldó la celebración de una segunda edición, abogó por dar cabida al mundo artesanal en los tiempos actuales y anunció que, en medio año, el centro regional pretenden llevar a cabo "un encuentro de poesía independiente", mientras que el editor Fabio de la Flor reclamó otra manera de "realizar jugadas" en el tablero del mundo del libro y reclamó "tener un contacto directo con los libreros, los bibliotecarios y los lectores" y "no estar sujetos a las novedades ni tener la necesidad extenuante de tener una constante presencia en los medios".

La primera jornada del encuentro incluyó un taller donde una veintena de personas, muchas de ellas vinculadas al mundo del arte y de la literatura, confeccionaron con sus manos un volumen cartonero a partir de un texto original y cartón reciclado, siguiendo las directrices de Miguel Ángel González y de Carolina Espinoza quien explicó que "el libro cartonero es una práctica que comenzó en Argentina a raíz del corralito de 2003".

Además, la mesa redonda "Edición a la zamorana" reunió a profesionales locales que compartieron con los asistentes proyectos relacionados con el ámbito editorial. Así los artistas Julia Andrés y Antonio Vázquez presentaron el proyecto "Dom" que dista del concepto unidimensional del libro, en tanto que Marina y Romina Domínguez dieron a conocer las ilustraciones que ellas realizan en La Puerta de la Cabeza o un proyecto de fanzine que quieren llevar a cabo. A mayores el artista Guillermo Alonso Muriel dio a conocer un libro de artista de esculturas e intervenciones y, mediante las nuevas tecnologías, pudo explicar Alberto Furket tres de sus proyectos fotográficos, tres poemarios visuales con imágenes en blanco y negro, donde reflexiona sobre los desengaños o sobre la ciudad.

El I Encuentro de Editoriales Artesanales prosigue hoy con el mercadillo y varias charlas sobre proyectos de edición o el movimiento cartonero a lo largo de toda la mañana en el salón de actos del Museo Etnográfico.