Matías Prieto era "artista de nacimiento y forjador de profesión. Tuvo desde su infancia una inquietud expresiva que plasmó en el hierro que conoció a través de su padre", quien tenía la forja de Gema del Vino, definió ayer Emilio Benéitez Prieto, nieto del maestro de la forja y el autor de la monografía que publica sobre este artesano el Instituto de Estudios Zamoranos, con motivo de la apertura al público de una muestra que reúne casi una treintena de obras del señor Matías en la planta menos uno del Museo Etnográfico de Castilla y León.

En las dependencias se presentan piezas que hiciera el señor Matías desde su llegada a Zamora en el año 1954 hasta 1992. "Las obras están repartidas en varias tipologías formal, unas muy positivista y figurativas y otras donde se deja ver el proceso evolutivo de su arte", remarca el experto Emilio Benéitez.

Entre las piezas que el público puede descubrir figura su primera obra , un retrato a su padre que hizo con tan solo trece años; un san Agustín en madera con todo tipo de detalles, sin pasar por alto la muerte de Viriato, su obra más conocida un Cristo Yacente, que realizó tras la muerte de su padre, o una singular arca de las cuatro etapas de la vida, donde el autor repasa, en cada una de los planos, toda su existencia. La exposición se complementa con ejemplos de crucificados, cedidos por un coleccionista particular, dado que el artista realizó obra sacra de encargó.

De manera paralela a la exposición, la primera tras el fallecimiento del señor Matías en el año 1995, el salón de actos albergó la presentación de la monografía, titulada "Señor Matías, libro escrito en hierro" que surge por una propuesta de un hijo del artesano porque "no ha sido muy conocido mediáticamente aunque sí fue amigo de los artistas zamoranos de mediados del siglo pasado que respetaban su obra", detalla su autor Emilio Benéitez en presencia de muchos de esos creadores como Antonio Pedrero, José Luis Alonso Coomonte o Tomás Crespo Rivera así como de amigos de su abuelo, como Ángel Bariego.

"Matías Prieto era un genial artesano sano. Era el mejor en su oficio y un gran filósofo. Era de las grandes personas que he conocido", sintetiza el escultor José Luis Alonso Coomonte que ahonda: "Era un artista autodidacta con una gran personalidad que puede llevar el título de artista porque lo era y de los grandes", mientras que Tomás Crespo Rivera añade que "su obra me parece impresionante, ¡lástima que no se le tenga como un gran naif!". "Su obra es emocionante desde el punto de vista técnico y artístico y creo que necesitaba tener más visibilidad" argumenta el joven forjador Miguel Elisardo Bueno.