Se la conoce como seta de Madagascar, pero es casi más fácil verla en fotografías (con un buen zoom) debido a su diminuto tamaño, apenas el equivalente a la punta de un bolígrafo. Es uno de los ejemplares llamativos de la exposición de setas instalada en La Encarnación y que se puede visitar hasta mañana, 9 de noviembre, de 17.30 a 21.00 horas en el Palacio de la Encarnación (ayer se abrió con un poco de retraso). Hay más setas de mínimo tamaño, como la calocera cornea, una especie de hilos sobre un tronco que si uno lo ve en el monte apenas se podría imaginar que se trata de un hongo.

Nadie sabe muy bien como una seta de Madagascar ha acabado aterrizando por estos lares. Algunas especies llegaron a Europa en el pelo de la lana de las ovejas. En otros casos pueden viajar adheridas a cualquier otro objeto. El caso es que la seta de Madagascar existe en los bosques de la península, aunque sea difícil dar con ella.

En el lado contrario están las setas de dimensiones casi increíbles si no fuera porque uno las puede ver con sus propios ojos. La meripilus gigantus, una de las setas premiadas en la muestra de la Encarnación, puede llegar a pesar más de veinte kilogramos. La ganoderma applanatum es otro ejemplar de porte, que crece en la madera y no es difícil de localizar, ya que se da, por ejemplo, en la zona de los Tres Árboles, en Zamora capital. Esta especie es muy utilizada en todo el mundo ya que forma parte de los remedios de la medicina asiática.

Esta cualidad, de remedio medicinal la tienen también otras especies expuestas en La Encarnación. Por ejemplo la denominada Barba de chivo o Melena de León, una especie de bola peluda a la que se atribuyen propiedades anticancerígenas. Como la ganoderna lucidum, Pipa, muy utilizada en la medicina ancestral y que forma parte de múltiples preparados, bien en forma de cápsulas, en polvo o en otras presentaciones. Se le atribuyen, como a otras, propiedades anticancerígenas.Más cercana a nuestra cultura está otra seta, el cornezuelo del centeno, un pequeño hongo que aparece en el cereal y que es seguramente uno de los mayores asesinos de la humanidad. Si se hacía pan con harina contaminada, como en la Edad Media, podían gangrenarse las extremidades. El "fuego de San Benito" creó también un episodio de locura en fechas más recientes en un pueblo francés. El cornezuelo es, explican miembros de la Asociación Micológica, el hongo con el que se sintetizaba en LSD (ácido lisérgico, utilizado como droga alucinógena).