Es profesor de Botánica Forestal y Micología, y director de la cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid, autor de libros y responsable de más de un centenar de artículos científicos. Las setas son su pasión y su presencia en Zamora era ineludible durante las jornadas no solo por su amplio conocimiento del sector sino por sus orígenes maternos zamoranos.

-La provincia está a la cabeza de la comercialización de setas pero todavía parece no encontrar su lugar. ¿A qué es debido?

-Es cuestión de tiempo y de que a veces no valoramos lo que tenemos. En esta provincia hay mucha extensión demontes y se trata de revalorizar. De todos modos, hay que señalar que a veces incluso los peores suelos que hace años se pensaba que eran pobres e improductivos son los más extraordinarios a pesar de ser pura piedra.

-La temporada setera de este año ha resultado nefasta...

-Bueno, estamos acostumbrados a unos años extraordinarios y parece que hay que exigir que todos sean buenos. Todo tiene su explicación en la naturaleza. No obstante, a veces se esconde una producción que se retrasa que no somos capaces de ver, con meses de enero como épocas más productivas. Hemos visto que en una media de cinco años, hay dos o tres de producción extraordinaria, otro de recolección media y otro de recolección baja.

-¿Así que el próximo toca remontada conforme al ciclo?

-Claro. Este año han salido muchas trufas en los montes pero han pasado desapercibidas y la gente focaliza en especies que se producen menos.

-¿Hay alternativas artificiales ante la escasez de lluvia?

-Precisamente estamos estudiando técnicas de riego que simulan lluvias o tormentas para poder disponer de setas. No valdría en cualquier sitio pero es posible.

-Desde hace años participa en investigaciones de producción de boletus en jaras. ¿Cómo evoluciona el estudio?

-Llevamos diez años trabajando con la jara porque es una gran productora de boletus a pesar de que antes se pensaba que no servían para nada y no tenían valor. Los jarales de Zamora son un tesoro escondido. Hay otras especies que crecen en la madera y muchas de ellas son comestibles y otras de interés natural.

-En Zamora, el vivero de la Diputación trabaja en un ensayo que permite obtener setas de los tocones de chopo y álamo. ¿Son efectivas estas investigaciones?

-Claro que sí. Sirven para destoconar una chopera de forma ecológica y generar setas comestibles en muchos casos. Si se hace con las técnicas agronómicas o forestales se emplean venenos, así que los hongos son la alternativa perfecta a la utilización de productos químicos no deseables, hay un potencial en la flora micológica muy importante.