Los farmacéuticos de Zamora inician hoy una campaña de sensibilización con la que pretenden alertar del mal uso que en muchas ocasiones los ciudadanos hacen de los antibióticos, una circunstancia que propicia el desarrollo cada vez más frecuente de peligrosas resistencias bacterianas.

Las 164 oficinas de farmacia de Zamora dispondrán a partir de ahora de dípticos informativos orientados a fomentar el uso racional de los medicamentos entre los pacientes. Esta campaña, impulsada por el Concyl (Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla y León, incluido en zamorano, que preside Juan Prieto Corpas), reedita una campaña similar ya realizada durante el año 2010.

Bajo el lema "Los antibióticos, siempre con receta en la farmacia", la campaña quiere transmitir al paciente la utilidad de los estos fármacos y el problema que suponen las resistencias a los antibióticos por su uso excesivo o inadecuado. Los boticarios insisten en que es necesaria la receta para conseguir un antibiótico, es decir, la prescripción facultativa y el cumplimiento del tratamiento para así preservar su efecto durante más tiempo en la sociedad.

El Colegio de Farmacéuticos asegura que las oficinas de farmacia no pueden dispensar antibióticos sin receta, que no se pueden abandonar los tratamientos antes de tiempo y que gripes, catarros o resfriados no están provocados por bacterias, sino por virus, por lo que el uso de antibióticos no está indicado. El objetivo final de todas estas recomendaciones es que los antibióticos sigan siendo eficaces. Son un tipo de medicamentos que pueden destruir las bacterias o impedir su crecimiento para así curar las infecciones. Existen más de 15 grupos diferentes de antibióticos que se diferencian en su estructura química y su acción contra las bacterias. Su descubrimiento fue uno de los grandes éxitos de la medicina, puesto que han salvado muchas vidas, pero su efecto puede verse disminuido si se toman incorrectamente.

El diagnóstico y la prescripción garantizan la mejor selección del antibiótico adecuado a cada situación, optimizando los resultados terapéuticos y reduciendo a un mínimo el riesgo de efectos adversos.

Pero además existe un problema adicional: las resistencias bacterianas. Estas resistencias a los antibióticos por parte de las bacterias pueden ocurrir de manera natural como consecuencia de mutaciones en los genes de una bacteria, pero lo que realmente acelera la aparición de resistencias es el uso excesivo o inadecuado de antibióticos. Cuando se utilizan por motivos equivocados (infecciones víricas como resfriados, catarros o gripes) o de forma incorrecta (incumplimiento o automedicación) aparecen estas bacterias resistentes que crecen y se propagan a otros individuos, provocando infecciones más graves y con tratamientos más costosos.