"No se trata de que los jóvenes vengan a nuestro local, sino de ir nosotros donde están ellos, en un parque, una pista deportiva o un banco. Charlamos con ellos y les escuchamos pero no juzgamos, ya demasiada gente les juzga. Usamos el ocio y tiempo libre como herramienta para trabajar, pero esto no es un taller, es un programa de prevención que abarca todos los aspectos". Las frases del educador de calle de Menesianos Rubén Iglesias pueden dar una idea de la tarea que realizan estos profesionales, una labor callada, que no produce resultados palpables a primera vista pero si a medio y largo plazo, ya que evita o reduce muchos de los factores que pueden hacer a un adolescente caer en la exclusión social.

Empezó en el año 2002 en Alviar (La Alberca, La Villarina y Arenales) y ahora está extendida por toda la ciudad, sobre todo en barrios como Pinilla, San Frontis y Rabiche, "donde trabajamos con mucha población de etnia gitana" o Los Bloques, que atiende Cruz Roja, donde abundan los inmigrantes. En los dos últimos años las fronteras se diluyen un tanto, ya que los jóvenes tampoco están todo el tiempo en las calles de su barrio, sino que se desplazan por toda la ciudad. "Lo que queremos es ganarnos una confianza con ellos y una vez establecido este vínculo hacer intervenciones que favorezcan su desarrollo personal. Trabajamos con jóvenes que pueden estar afectados por la crisis, con padres que han perdido el empleo, o con una adaptación escolar mala, cada uno tiene sus circunstancias y nosotros trabajamos con cada uno los aspectos que necesita desarrollar".

Los resultados "no son cuantificables, no puedo decir, hemos hecho una intervención de cinco, o de ocho. Se ven a medio y largo plazo. Vas viendo cómo jóvenes que han pasado por tu programa van reduciendo los aspectos de riesgo y los ves con 25 años que han encontrado trabajo, o tienen pareja, o su propia casa. Y ves que todas las situaciones de riesgo se han ido diluyendo o desapareciendo".

Rubén Iglesias destaca que la labor de los educadores de calle de Menesianos o Cruz Roja forma parte "de un trabajo en red con los servicios sociales, con los CEAS, el Ayuntamiento o con otras entidades como el Secretariado Gitano o Trascampus".

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, que acudió a la inauguración del III Encuentro Regional de Educación de Calle, que reunió en Zamora a unos 250 jóvenes y profesionales de la comunidad quiso apoyar con su presencia su trabajo. "Es una actividad que no da grandes titulares, pero sí los previene".

El Ayuntamiento y la Junta aportan fondos para el desarrollo del programa, además del trabajo de funcionarios municipales. "Son ese tipo de actos en los que con muy poquito dinero se consiguen logros importantes", indicó Guarido.