El investigador zamorano, natural de Riofrío de Aliste, reconoce que no tiene favoritos entre los dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos. "Es difícil valorar al diablo y al demonio y dar una opinión favorable", justifica. Por un lado, rechaza la trayectoria "de corrupción e influencias" de Clinton, y sobre Trump apunta que "es un populista, el Pablo Iglesias de la ultraderecha que dice representar a la América profunda". Sobre la respuesta de los americanos en las urnas, vaticina que será "la mayor abstención de la historia. Clinton no cuenta y la campaña se resume entre los adeptos y los detractores de Trump. Los adeptos lo votarán fijo, pero sus detractores no tienen claro si votarán a Clinton para evitar al líder republicano", resume. Por esa misma razón no se atreve a arriesgarse sobre un resultado tras el 8 de noviembre. "Es muy difícil, porque las encuestas fallan mucho. De momento, están con Clinton, pero el resultado dependerá de la abstención que favorece a Trump. Como en el Partido Popular, cada escándalo de este afianza a sus votantes", compara. Sobre las consecuencias a nivel mundial de uno u otro resultado, lo tiene claro. "Será escaso, porque en realidad el presidente no tiene un poder ejecutivo muy grande".