Estudiantes y organizaciones de padres y madres de Zamora desconfían del anuncio de Mariano Rajoy de suspender -que no derogar- las polémicas reválidas. Tanto es así que dan incluso un ultimátum y amenazan con salir a la calle si el Gobierno no tumba tanto las pruebas como la Lomce en un plazo de cuatro meses, es decir, antes de febrero. Desde el sindicato de estudiantes lo dejan muy claro: "No nos fiamos de la derecha y creemos que esto solo es provisional, pero tienen que saber que no nos vamos a callar y que volveremos a movilizarnos si hay una vuelta atrás por parte de estudiantes, sindicatos, trabajadores y padres", apuntan desde el colectivo. La suspensión, al menos, por el momento, "demuestra que sí se puede", sopesan los estudiantes del sindicato, sin olvidar que "ha sido una movilización muy grande secundada por el 90% de los estudiantes", computan con sus cifras en la mano frente al 67% ofrecido por la Consejería de Educación. En cualquier caso, ponen la "incredulidad" encima de la mesa: "Cero confianza".

La suspensión de la medida llega un día después de la huelga en contra de la Lomce -que en Zamora vació las aulas casi al completo- coincidiendo con la primera sesión de investidura celebrada en el congreso de los Diputados. La suspensión, no obstante, "queda pendiente de que los partidos políticos lleguen a un Pacto Nacional por la Educación", subraya el sindicato de estudiantes, en referencia al acuerdo de PP y Ciudadanos. El consenso implica una moratoria en la aplicación de la Lomce y dejar en suspenso las reválidas de 4 de la ESO y de 2 de Bachillerato. Ante esta situación el escenario que se dibuja es el siguiente: una vez que se constituya el Gobierno, éste aprobará un decreto para echar abajo el calendario de aplicación de la Lomce. Esta medida permitirá eliminar los efectos académicos de las evaluaciones de ESO y Bachillerato y, por tanto, no serán necesarias para la obtención del título de ambas etapas. Además, la prueba de Bachillerato solo serviría para abrir las puertas a la Universidad, de modo que carece de obligatoriedad para los estudiantes que no tengan intención de realizar carreras universitarias. Aunque ya estaba previsto que las pruebas no fueran necesarias para lograr el título este año, la nueva norma serviría para en el curso académico 2017-2018 mantenga la función de diagnóstico si no hay pacto educativo.

La Lomce y las controvertidas pruebas sacaron el pasado miércoles a la calle a cientos de alumnos en apoyo a la huelga convocada a nivel nacional contra las reválidas educativas, la última medida que falta por aplicar de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. La jornada reivindicativa tuvo dos momentos claves: por la mañana, con la huelga estudiantil en la calle, y por la tarde, con el apoyo de la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública frente a la Subdelegación del Gobierno, donde solicitaron "un pacto educativo que deje de usar la educación como arma política".