Tres jóvenes vecinos de Benavente se enfrentan a 14 años de cárcel por tráfico de drogas, después de que la Guardia Civil les hiciera un seguimiento e interviniera sus teléfonos móviles, lo que les permitió concluir que se dedicaban a distribuir cocaína y cannabis, estupefacientes que hallaron fundamentalmente en le domicilio de uno de los imputados, de iniciales M.E.B.V., al que se le exige la mayor pena, 6 años de prisión.

En el registro que los agentes efectuaron en el domicilio de este procesado, el 8 de abril de 2010, se incautaron de 178,06 gramos de cocaína, 6,87 de una pureza de 6,71%; y el resto, de 30,89%, droga con la que habría obtenido unos ingresos de 7.092,90 euros. Asimismo, los agentes localizaron 40,88 gramos de cannabis y dos cigarros que contenían 1,45 gramos de esa sustancia, ambas valoradas en 192,95 euros y 6,84 euros, respectivamente. Además, en el registro se incautaron de material para preparar la droga en dosis para su venta.

En el domicilio de otro de los acusados, de C.A.A., al que la Fiscalía exige cuatro años de reclusión, la Guardia Civil solo pudo encontrar 3,26 gramos de cocaína, con una riqueza del 25,27% y un valor de 110,16 euros, así como 800 euros y diversos utensilios de los utilizados para cortar y disponer la droga en dosis para su venta.

Los agentes encontraron en la casa del tercer acusado, V.M.L.L., para el que se exigen cuatro años de cárcel, un papel con anotaciones a lápiz de cantidades de dinero y una caja de metal con dos bolsas de plástico con restos de marihuana. Las conversaciones telefónicas que fueron interceptadas por los agentes que investigaban a M.E.B.V. resultaron decisivas para que la investigación policial se pusiera sobre la pista de los otros dos inculpados, con los que el principal acusado mantuvo contactos que terminaron por encausar a C.A.A., en primer lugar, y al intervenir el teléfono de este último, las pesquisas de la Guardia Civil se dirigieron hacia el tercer procesado.

Elevado nivel de vida

El elevado nivel de vida que llevaba el joven al que se solicita la mayor pena de prisión llevó a los agentes de la Benemérita a sospechar de la procedencia de sus ingresos, lo que motiva que se inicien seguimientos.

A raíz de esa operación, los guardias civiles de Banevente observan que numerosas personas -algunas conocidas por habérseles sancionado por consumo de estupefacientes- se aproximan al joven u mantienen con él contactos muy breves. A uno de estos supuestos "clientes", la Guardia Civil le registran y encuentran una papelina de cocaína. El recorte de la bolsa amarilla de un supermercado en el que va envuelta esa dosis, bolsa que resulta ser igual a las que los agentes encuentran en la basura del principal encausado, M.E.B.V., quien ingresó en prisión tras ser detenido.