Lleva más de 30 años subiéndose a los escenarios y prosigue haciéndolo con gran ilusión "por la pasión, por el juego escénico, el por descubrimiento de los textos y porque el que tiene esa inclinación está tocado por algo divino", confesó ayer el actor Rafael Álvarez "el Brujo" que participó en un encuentro con el público en el Teatro Principal.

El veterano intérprete también ha adaptado a los Clásicos, una relación que nace porque "los grandes textos tienen mucho oculto, hay que leerlos con el sentido de la erudición, que te da el aprendizaje a partir de los libros, y la intuición, que te da la vida". Esa intuición, para él "un sexto sentido que te hace ver cosas que no son tan claras", le ha hecho inclinarse por algunas obras que "tienen un magnetismo que recuerda que lo más importante es el misterio de la vida, y que tienen una enseñanza para cualquier tiempo y cualquier edad", defendió para añadir que "La Odisea, Teresa de Ávila o Quijote son los grandes pilares de la literatura perenne".

Los dos espectáculos que representa en el Principal hoy y mañana, "Teresa o el sol por dentro" y "Misterios del Quijote", respectivamente, son de "dos grandes místicos, también Cervantes lo era porque en esa época la mística emergía en el seno de la cultura y la religión española a contracorriente porque dominaba la Inquisición y la iglesia de la apariencia", enfatizó al tiempo que señaló: "La mística va más allá de las creencias religiosas concretas sino que conecta con las grandes preguntas del ser humano, de dónde venimos o a dónde vamos".

A las cuestiones fundamentales de la existencia humana el Brujo intenta responder con el humor y la palabra. "Soy un cómico y ante estas grandes preguntas tenemos que hacer reír", confesó. Para el intérprete ambos ingredientes son "aliados cuando van en la misma dirección, que es el descubrimiento de una búsqueda" a la que "sí es receptiva el público", atestiguó.

Los años de profesión le hacen manifestar con contundencia que "el teatro que es rito ha desaparecido". "Existía cuando empecé con Brecht o las distintas escuelas... la pasión por el teatro que toca la raíz de la inquietud humana se ha perdido porque ha habido un declive en la enseñanza de las humanidades y las nuevas generaciones carecen de contacto con la magia de los Clásicos y con la poesía, que han quedado para unos pocos que han respirado en un aire cultural", justificó minutos antes de dar comienzo el encuentro con el público zamorano con quien mantiene estrecha relación fraguada a lo largo de más de dos décadas de representaciones de su montajes desde "La taberna fantástica" a "Mujeres de Shakespeare".

Los cambios sociales y también la situación del teatro "han hecho" que emerjan el microteatro o el teatro a domicilio, un teatro que Rafael Álvarez definió como "un teatro de barricada cibernética en el sentido que estos jóvenes se dan a conocer a través de las redes y cuando tienen un lugar para hablar al público, hablan de temas inmediatos". Una temática, que, desde su punto de vista, evidencia una "falta de conexión con los Clásicos", "existe un eslabón perdido entre los Clásicos y la cultura tecnológica", explicó. Y ¿cómo puede conectarse? es interpelado. Su respuesta clara y sin dudas. "El yoga, no físico, sino el que es meditación".

Respecto a la proliferación del humor de los últimos años califica el fenómeno como "interesante" para a continuación ahondar que "es una imitación del modelo norteamericano. Aquí se hacen cosas muy buenas pero hay una actitud imitativa", lamentó. Entre los cómicos que reconoce seguir cita a Dani Rovira, "un cómico nato pero aborda temas de gran vulgaridad".

Con tres montajes en representación en octubre, el Brujo afronta como reto escribir una obra propia que versaría "sobre la crisis de la civilización europea, sobre el momento de confusión a nivel global, en forma de monólogo".