El sello zamorano está impreso en el nuevo puente que en estos meses se encuentra en plena construcción sobre el río Mersey, muy cerca de Liverpool. Fernando Flórez Llanos, como jefe de obra, y sus compañeros Joaquín Barrios de Castro, José Manuel Morais Codesal, Argimiro Gato Largo y Rubén Río conforman el grupo de zamoranos que se encuentran trabajando en esta obra desde el pasado año.

Todos ellos pertenecen a la UTE que se ha encargado del proyecto, denominada Mersey Link CJV y formada por la firma española FCC, la coreana Samsung C&T y la británica Kier, con un presupuesto de cerca de 600 millones de euros y un volumen de empleados que ronda los mil profesionales. "Es un proyecto totalmente internacional, porque aquí estamos portugueses, chinos, búlgaros o coreanos, además de españoles e ingleses, por supuesto", enumera Rubén Río, el último de los zamoranos en unirse al grupo, en febrero del pasado año, responsable de organizar las tareas del día a día, planificar y comprobar que todos los trabajos de la torre sur del viaducto se hacen de acuerdo con los procedimientos establecidos y acorde con los planos de construcción.

Recuerda que esta singular torre de Babel, con tan diferentes nacionalidades trabajando juntas, hizo complicada la coordinación en un principio. "Las tres empresas principales son de tres culturas totalmente diferentes, así que lo más difícil fue aprender a trabajar juntos. Ese se convirtió en nuestro primer reto, pero ahora estamos totalmente integrados", asegura.

"El puente está construido entre dos ciudades dormitorio cercanas a Liverpool, donde el tráfico es muy alto en hora punta, la zona se congestiona con facilidad, así que el nuevo viaducto ayudará a que el tráfico fluya", resume Río sobre la ubicación de esta construcción tan necesaria en la zona.

Y es que, hasta la fecha, la única forma posible de atravesar el río Mersey entre Liverpool con el norte de Cheshire y el noroeste del resto del país es cruzando el puente Silver Jubilee, que soporta cada día laborable una media de 80.000 vehículos, una cifra diez veces mayor a la que fue diseñado, ya que está ubicado en una carretera regional. En este sentido, el cerrar este antiguo viaducto para su mantenimiento conllevaría un fuerte impacto para millones de personas que transitan cada día por esta zona.

La UTE asegura que el nuevo puente ayudará a reducir los tiempos de viaje hasta en diez minutos en periodos de tráfico denso, además de aumentar la seguridad en el viaje y aliviar la congestión, lo que derivará en una menor emisiones de carbono y también de accidentes de tráfico.

Fue en el invierno de 2011 cuando las autoridades inglesas tomaron la decisión de construir este nuevo puente, contratando finalmente a la concesionaria del proyecto en la primavera de 2014. El diseño de la obra, basado en una estructura atirantada y de hormigón armado, ya ha recibido varios premios, como el European Infraestructure Deal of the Year 2015.

Fin de obra en octubre

Las previsiones auguran que el nuevo puente estará entregado en octubre del próximo año. "A principios de mes conseguimos terminar el primero y más alto de los tres pilares del puente, que llega a una cota de 125 metros. Así se logró uno de los grandes retos del proyecto", apunta con orgullo Río, precisamente encargado de la torre sur, que se acaba de levantar. "Era uno de los grandes retos del proyecto, que consta de tres torres", explica.

El puente Mersey es el primero de estas características que se construye en Inglaterra. "Está hecho con carros de avance y su ancho es uno de los mayores de Europa, al igual que su longitud", subraya el ingeniero. Así, contará con 34 metros de anchura, con tres carriles en cada sentido, y una longitud total de 2.200 metros. Un ambicioso proyecto que, con la intervención de la mano zamorana, será una realidad en poco más de un año.