Fátima Báñez asumió en 2011 la cartera de Empleo y Seguridad Social en un momento en que los españoles situaban el paro como principal preocupación, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La cifra de desempleados en España alcanzaba 5.273.600; el número de hogares con todos sus miembros activos en paro se situaba en 1.575.000; la tasa de paro en España era del 22,85%; y la tasa de paro juvenil rozaba el 50%. En febrero de 2012 lanzó la controvertida reforma laboral con el apoyo de la Comisión Europea, el Banco de España y la OCDE, pero con la frontal oposición de los sindicatos. Un documento marcado por el abaratamiento del despido, que reduce la indemnización por improcedente para los contratos indefinidos de 45 a 33 días por año trabajado y que generaliza en 20 días por año trabajado la indemnización en los despidos objetivos. La situación se tradujo, un mes más tarde, en la primera huelga general convocada contra el gobierno de Mariano Rajoy.