La puesta en valor del antiguo Palacio de la Diputación Provincial como futura sede de la Fundación Ortega-Marañón da nuevos pasos en su trayectoria con una nueva exposición que rinde homenaje a una treintena de mujeres españolas referentes en el panorama científico, político, intelectual, educativo, deportivo y universitario. Son las grandes profesionales de la Edad de Plata del país reunidas en una muestra que coincide con el reciente centenario del nacimiento de la "Residencia de Señoritas", el primer centro de educación superior para mujeres en España que se convirtió en una de las referencias de la cultura del país durante el primer tercio del siglo pasado.

Según el registro con el que cuenta la fundación, hasta 27 mujeres zamoranas o con raíces en la provincia acudieron a la capital de España para formarse en la residencia madrileña. Entre ellas, algunas como la ilustradora y pintora toresana Delhy Tejero, la inspectora de enseñanza María Datas y una larga lista de mujeres representativas de las profesiones de la época como Cándida Cadenas, Josefa Casaseca, Consuelo Escudero, Pilar Gallego Marquina, María Luz Navarro, Soledad Petit, Flora Riesco o Asunción Sánchez.

La treintena de mujeres españolas que componen el grueso de la exposición colocaron a España en la modernidad y afianzaron los cimientos del progreso, la igualdad y la libertad. La muestra "trae a primera plana las tres generaciones principales que forman la Edad de Plata de la cultura español: la del 98, la del 14 y la del 27", explica la comisaria de la exposición, Margarita Márquez Padorno. La también investigadora de la Fundación Ortega-Marañón y profesora de la Universidad Complutense de Madrid explica que "en lugar de traer a Pío Baroja o a Federico García Lorca, recordamos a mujeres como la periodista Carmen de Burgos, la humanista María Maetzu o la pintora Maruja Mallo". Mujeres como ellas o como la escritora María Lejárraga, la ensayista María Zambrano, la periodista Victoria Kent, la actriz y empresaria María Guerrero o la deportista Lilí Álvarez "conforman hitos para la mujer que debemos desenterrar ya que todos los logros femeninos, tal y como dice una estudiosa australiana del feminismo, son olvidados aunque en su época fueran reconocidos". En este sentido, Márquez Padorno reflexiona sobre el hecho de que "todo el mundo recuerde a García Lorca pero muy pocos a Maruja Mallo", ambos de la generación del 27. La investigadora no pasa por alto que "a partir de 1936 la Guerra Civil destroza muchos pasos alcanzados, pero queda un poso y en los años 50 la mujer se incorpora a la universidad con bastante tranquilidad".

La comisaria de la exposición defiende también el "anonimato" de la mujer luchadora y pone como ejemplo a Victoria Kent, una abogada y política republicana que se convirtió en la primera mujer en ingresar en el Colegio de Abogados de Madrid en plena dictadura de Primo de Rivera. Sin embargo, "para que hubiera una Kent tuvo que haber antes muchas anónimas que pelearon como locas para estudiar Derecho con el esfuerzo que suponía desplazarse desde sus localidades de origen, Zamora por ejemplo".

Periódicos de la época que reconstruyen la historia de las mujeres universitarias, fotografías, documentos y objetos simbólicos que representan a cada mujer -la Constitución de 1931 abierta por el artículo donde se concede el voto a la mujer, esquíes o libros- reconstruyen la historia de unas heroínas de su época a las que hoy Zamora rinde homenaje.