La unidad de diagnóstico rápido de Zamora es, con diferencia, la más lenta de toda la Comunidad. Se trata de unas unidades que están activas todos los días laborables del año y están dotadas, según la información de Sacyl, con médicos y enfermeros en función de la frecuentación y con pruebas asignadas con prioridad y su objetivo es poder contar con rapidez con un diagnóstico que permita atender los casos potencialmente graves. Pues bien en Zamora un paciente tarda una media de 5,5 días en ser visto en la unidad de diagnóstico rápido, tiempo que dobla sobradamente a la media regional, que está en 2,2 días. Es más, en Ávila, León, el Bierzo, Segovia y Valladolid los pacientes tardan menos de dos días en ser vistos en estas unidades. De hecho, en todas las áreas de salud el 80% de los pacientes son atendidos dentro de las primeras 72 horas, excepto en Soria, donde solo se ve en este periodo al 34,5% de los pacientes y en Zamora, donde se atiende al 41,8%. Dicho de otra forma, la mayor parte de los pacientes de Zamora derivados a la unidad de diagnóstico rápido tardan más de 72 horas en ser atendidos.

Son los datos facilitados por la Consejería de Sanidad la unidad de diagnóstico rápido de Zamora atendió 812 consultas el pasado año, 306 de ellas de nuevos pacientes y el resto revisiones. Los pacientes llegan a la unidad derivados sobre todo de las urgencias del Complejo Asistencial, un 38,5% o de los médicos de Atención Primaria, un 37,9%. Poco más del 22% procede de atención especializada. Una vez diagnosticados dos de cada tres usuarios de la unidad acaban en el médico de cabecera, un 32,6% requieren atención de algún especialista y casi el cuatro por ciento termina en ingreso hospitalario.

Diez días y medio

El tiempo transcurrido para el resultado del diagnóstico se establece en diez días y medio en el conjunto de la Comunidad, si bien la Consejería de Sanidad no ha facilitado los datos de las diferentes áreas de salud.

Tampoco hay cifras provincializadas de las enfermedades que mas frecuentemente se encuentran en estas unidades de diagnóstico rápido, aunque puede dar una idea lo que ocurre en el conjunto de la Comunidad. Así, la cuarta parte de los diagnósticos corresponden a enfermedades del aparato digestivo, el 20,9% son cánceres, y un 12% síntomas o signos mal definidos. El resto de casos se lo reparten un sinfín de diagnósticos: un 8,19% de infecciones, 2,93% de endocrino, 5,07% de enfermedades de la sangre, 1,84% trastornos mentales, 2,51% del sistema nervioso, un 6,46% del sistema circulatorio, un 3,76% del aparato respiratorio, un 2,53% del aparato genito urinario, el 0,06% complicaciones del embarazo, 0,96% de la piel, un 6,1% del sistema osteomioarticular, el 0,15% de anomalías congénitas y un 0,96% lesiones y envenenamientos.

La Junta define a las de diagnóstico rápido como unas unidades que están vinculadas a los servicios de Medicina Interna y coordinadas con Atención Primaria y los servicios de urgencias hospitalarios con el objetivo común de evitar demoras en el estudio diagnóstico de pacientes con enfermedades potencialmente graves que no precisen ingreso hospitalario, asegurando una atención integral basada en la atención compartida por los dos niveles asistenciales.

Entre sus objetivos se encuentra garantizar que los pacientes subsidiarios de utilizar este recurso, no tengan una espera superior a tres días laborables para ser atendidos.

El pasado mes de abril el consejero anunció un Plan de Reducción de Demoras y Listas de Espera que, dijo, se proponía apostar por las unidades de Diagnóstico Rápido, con que cuentan los once hospitales de área para los casos con sospecha de ser graves. Esta vía, alternativa a la asistencia convencional, pretende agilizar la atención de pacientes cuya situación indique que no admite esperas ya que el médico ve a los enfermos en un plazo récord de 2,2 días.

Por tanto, estas unidades, cuya implantación en la red hospitalaria de la Comunidad comenzó el pasado mandato, serán uno de los pilares del plan que Sanidad perfila para reducir la espera quirúrgica, para pruebas diagnósticas y consultas externas. De hecho, la Consejería ya ha avanzado que esta estrategia priorizará los recursos públicos, sin recurrir a conciertos.