"La mayor inversión en un futuro para que crezca un país económicamente y desde el punto de vista de salud y para que el individuo sea más productivo es apoyar la lactancia materna". La frase la dijo Concepción de Alba Romero, neonatóloga del Hospital 12 de Octubre y consultora certificada de lactancia materna poco antes de la conferencia impartida en el salón de actos del hospital Virgen de la Concha, dentro de los actos de la Semana de la Lactancia.

De Alba considera que conciliar la vida laboral de la madre con la lactancia, no es imposible, pero "hay que hacerlo con cabeza". Y relata su experiencia personal: "Como trabajador tengo mis ratos libres. En su día, hace años, lo que hice fue extraerme leche, porque había pequeñas salitas con sacaleches, guardarla en una pequeña nevera y así pude mantener la lactancia materna durante mucho tiempo".

A juicio de la experta, "lo que se ha visto cuando una empresa facilita la lactancia a sus trabajadores es que son más fieles, trabajan más porque saben que están cumpliendo también con un bienestar para su hijo". Concepción de Alba destacó que "estamos lanzando mensajes de lactancia prolongada, salud, menos enfermedades, menos cáncer, más inteligencia. ¿Nos hacemos idea de lo que supone para una madre no poder hacer eso porque en su trabajo no puede extraerse la leche, no le pueden facilitar ningún cuartito para extraérsela, ni un minúsculo espacio que a veces son sus propias neveritas portátiles para dejar la leche y lo miran mal?. Eso es ridículo. Yo creo que a veces lo hacen porque no están suficientemente informados acerca de cómo se puede hacer y de lo que supone para la trabajadora. Porque van a tener una trabajadora allí para siempre y además agradecida. Y las mujeres agradecidas movemos mucho".

La neonatóloga reconoce que a ella también le chocaba ver a las madres dando todavía el pecho a niños que teóricamente ya deberían haberlo dejado. "Yo no entendía bien cuando veía a niños de tres años lactando, pero era porque entonces no era madre y profesionalmente era ignorante. Ahora no me chirría, porque es una prueba de amor. Estamos acostumbrados a que los bebés los podamos abrazar a los tres años y en cambio el pecho no. Porque seguramente seguimos viendo una sexualidad detrás de la mama que es ridícula".