A sus 31 años, el zamorano Pablo Rapado Jambrina se acaba de convertir en uno de los primeros violines de la Qatar Philarmonic Orchestra, una de las más importante del mundo, en la que fue elegido frente a 136 personas, en audiciones con cortina, es decir, en las que el jurado solo escucha la interpretación musical, no llega a ver al músico que concurre. Diez años de experiencia profesional le avalan, su trabajo en destacadas formaciones como la WDR Rundfunkorchester Koln, Dusseldorfer Symphonikerestudió en París y Nueva York; Malasyan Philarmonic orchestra; Otquesta del Palau de les Arts; Orquesta del Liceu; y en Orquesta Ciudad de Cataluña. Un largo currículum para un joven músico.

-¿Por qué eligió el violín, tuvo claro desde el principio que ese era su instrumento?

-Empecé en una escuelita de música de Zamora, la de Luis Martín Negro, donde estuve cinco años y medio para ver cómo iba la cosa. Fueron mis padres los que me dijeron que tocara el violín y les hice caso.

-¿Se ha planteado alguna vez ser solista?

-Todos nos lo planteamos. Yo he participado en concursos internacionales de música porque era la vía para abrirse ese camino, pero es difícil, fue laureado en dos certámenes del Concurso Internacional de Violín Pablo Sarasate. Ahora me han ofrecido hacer un recital de música española y francesa Carnegie Hall de Nueva York el día 8 de febrero de 2017.

-No sé si piensa que la música clásica sigue siendo elitista, sin estar muy presente en la vida de los ciudadanos en general.

-La música es un estado de ánimo, si la gente no tiene prejuicios y es sensible hacia ella, independientemente de qué estilo de música sea, entenderá y sabrá valorar las cosas. No tienes el mismo estado de ánimo cuando escuchas flamenco que cuando escuchas Mozart, house, rap...

-¿Hay música buena y mala?

-Todo son etiquetas, no creo que haya música mala, solo que hay música que conecta con el estado de ánimo del que la escucha, con la frecuencia de cada uno, y cada uno tiene la suya.

-¿Quizás el tipo de música que ustedes interpretan se ha reservado más para las élites que para el común de los mortales? De hecho, cuando surgen iniciativas como las de Ara Malikian todo tipo de público es capaz de vibrar.

-Hablar de la élite de la música tendría sentido antes de que surgieran las nuevas tecnologías e Internet, you tube, lo que nos permite acceder a todo lo que queramos escuchar, ha abierto las puertas y ha puesto la música clásica a disposición de la gente y, a veces, por casualidad pincha y se lleva una sorpresa.

-¿Cree que sería beneficioso realizar un esfuerzo para popularizar la música más intelectual que ustedes interpretan en las grandes orquestas?

-La música es un estado de ánimo, una frecuencia que conecta con los estados de ánimo de la gente, no hay más o menos intelectual. Ni toda la música de flamenco es igual, ni toda la pop es igual. De elitismo se podría hablar antes, cuando solo se podía escuchar en auditorios pagando mucho dinero, pero ahora no. No hay que tener prejuicios hacia la música clásica, solo escucharla y ver si conecta con nuestro estado de ánimo.

-Pero continúa habiendo personas a las que no llega, por eso le preguntaba si habría que popularizarla.

-El problema es que quienes pretenden popularizarla se dejan los pelos muy largos, dan muchos saltitos, rompen cuerdas, se mueven mucho o hacen muchos efectos de sonido, cosas que no tienen nada que ver con lo que son los clásicos. Algunos se han dado cuenta de que haciendo esas cosas ganan mucho dinero, pero son trucos baratos para llegar a un público muchísimo más amplio. Mucha gente cuando se sienta ante 80 personas que tocan con una partitura se aburre y no es porque no entienda, sino porque no sintoniza.

-Ese tipo de músicos son los que arrasan en estos momentos.

-Esa es una mala noticia para la música en general, con la clásica para popularizarla lo que quieren es maquillarla de una manera que no tendría por qué. La música es auditiva no visual, ha dejado de ser algo cultural para convertirse en entretenimiento solamente. Y hay música para entretenimiento y otra que es solo para conectar, para plantearse filosóficamente su propio ser.

-¿Hay demasiado ruido en esto de la música, con tantos estilos diferentes, tantas formas de hacer que se está deseducando el oído del público?

-El principal problema en el campo de la música es que la gente muy buena tiene que enfrentarse con gente que toca muy bien y con gente que toca fatal. El mercado es demasiado grande porque el público ha perdido el criterio de lo que es bueno y de lo que es malo; de lo que está hecho con intención pura y buena, que tiene detrás técnica e idea, y de lo que es puramente postureo y marketing. Y hay gente en el escenario que da vergüenza, la competitividad es enorme, esto antes no pasaba porque la gente sabía más, ahora el público está perdido.