El presidente del Colegio de Veterinarios, Victorio Lobo, considera que debe abrirse un debate social sobre los límites del concepto de bienestar animal, para no confundir el necesario trato humanitario con la humanización de las especies. "Los veterinarios, tanto en las corridas de toros, como en los mataderos y otros lugares, somos los garantes del bienestar animal. Y a los animales hay que dispensarles un trato humanitario, que no humano. Desde ciertos estamentos estamos pasando al lado contrario y considerar a los animales humanos es el mayor error que podemos cometer".

Era una de las reflexiones del presidente de un colectivo que aglutina en torno a los 335 profesionales en la provincia de Zamora que ayer celebraban, con una misa y un banquete, los actos de su festividad patronal de San Francisco de Asís.

Lobo ponía también el acento en la "subjetividad" que impregna incluso la legislación sobre el bienestar animal. Como ejemplo, el hecho de que para matar un cordero se exija que esté anestesiado, excepto si su destino son los ritos musulmán y judío, en cuyo caso la normativa permite un sacrificio "natural", a cuchillo y sin anestesia. "Como veterinario lo considero una incongruencia, ya que el bienestar animal en principio no tendría que estar condicionado por consideraciones religiosas. Y sin embargo, no he visto a las protectoras de animales ir a protestar a los mataderos". En este sentido, Victorio Lobo pone en acento en lo que debe ser la preocupación de los profesionales, que es la protección de los animales "pero con unos límites. Lo primero es producir alimentos baratos, seguros y de calidad para alimentar a la población, para que todo el mundo tenga acceso a ellos. Una gallina se supone que está mejor paseando libremente por el corral poniendo los huevos donde quisiera, pero no se podría asegurar la seguridad alimentaria" ni posiblemente un precio asequible a ese producto.

"Lo que quiero decir es que hay un mundo muy amplio, con muchas variantes a considerar frente a tanta tendencia que se está imponiendo de humanizar a los animales, lo que considero un error".

De los 335 veterinarios de Zamora, aproximadamente un tercio trabaja en la Administración y el resto en el ejercicio libre, incluyendo en este apartado a los que trabajan para cooperativas. "También tenemos algunos colegiados trabajando en el Reino Unido", explica Lobo.

Una de las preocupaciones del colectivo es la proliferación de facultades, ya que de las cuatro originales se ha pasado a doce "que están generando una cantidad de titulados muy superior a la que necesita la sociedad". La creación de centros en algunas comunidades autónomas y la proliferación de facultades privadas ha hecho que la oferta formativa sea muy superior a la capacidad del mercado para absorber tan alto número de titulados.

También es verdad que "hay un nicho amplio de mercado en la seguridad alimentaria, ya que el veterinario controla todo el proceso, de la granja a la mesa, y las empresas están muy interesadas en ello".

La festividad de San Francisco de Asís sirvió al Colegio de Veterinarios para entregar el Premio de Investigación, que este año ha recaído en una joven colegiada, Ahinoa Sarmiento, por un trabajo sobre la alimentación de las ovejas para favorecer la presencia de ácido linoleico en la leche, que potencia sus cualidades saludables y su sabor.