Las rupturas matrimoniales llegan, en Zamora, tras un periodo de convivencia bastante prolongado de la pareja. De hecho los datos del año pasado indican que más de la mitad de los divorcios, 160, corresponden a parejas que llevaban más de una década casadas. Ochenta rompieron entre los dos y los nueve años de convivencia común, en tanto que sólo tres matrimonios fueron efímeros, de menos de dos años. Son las edades maduras en las que más abundan las rupturas matrimoniales, aunque las esposas se separan en general en edades algo más jóvenes, quizá porque lo habitual es que el mayor de los miembros de la pareja sea él. Según la edad del esposo, no hubo divorcios en los que estuviera involucrado un joven menor de 24 años; 110 se dieron entre varones de 25 a 44 años, unos pocos más, 115, entre hombres de 45 a 64 y otros catorce de los divorciados tenían ya más de 65 años. Entre las mujeres, sólo siete superaban la edad de jubilación cuando se divorciaron, y, como ocurre en el caso de los hombres, ninguna tenía menos de 24 años. El grupo más numeroso de divorciadas se encontraba en un tramo de edad entre 25 y 44 años, 132, y superaba bastante al siguiente tramo de edad, de 45 a 64 años, donde estaban integradas otro centenar de mujeres que rompieron la relación matrimonial.

En las separaciones matrimoniales se dan más o menos las mismas circunstancias que en los divorcios, aunque esta última fórmula está más en boga, frente a la primera, que parece hallarse en desuso. De hecho solo hubo una separación por cada 17 divorcios, lo que da idea de la tendencia abrumadora a finalizar totalmente la relación una vez acabado el matrimonio.