La Fiscalía Provincial exige 10 meses de prisión y la prohibición durante dos años de poseer y cuidar a animales al joven imputado por mutilar las orejas a su perro de raza american bully, amputadas a pesar de existir una prohibición expresa por la Ley, según la denuncia de agentes del Seprona de la Guardia Civil remita al Juzgado en mayo pasado. El animal, que fue observado por los agentes en el bosque de Valorio con su dueño, un joven zamorano, caminaba con un arnés atado, con el que arrastraba un neumático, según consta en las diligencias.

Cuando los agentes se aproximaron al can y su dueño, comprobaron que el animal, que fue adquirido en agosto de 2015, tenía los pabellones auriculares cortados y todavía sin curarse del todo, por lo que procedieron a formular una denuncia contra su propietario. La denuncia supuso la retirada del perro, que no podrá volver a vivir con su propietario si este es condenado finalmente.

El Juzgado que investigó los hechos llegó a la conclusión de que el titular del animal, que estaba perfectamente cuidado, con toda la documentación en regla, sometió al can a la amputación de las orejas a finales de enero de 2016, una práctica, junto a la mutilación del rabo, habitual en algunas razas hasta hace poco, por costumbre o por estética.

Los guardias comprobaron que el corte de los pabellones auriculares fue realizado por alguien que carecía de conocimientos para llevar a cabo esa intervención prohibida por la legislación vigente, salvo que exista alguna prescripción veterinaria porque el animal padezca algún tipo de dolencia. Esto implica que ningún facultativo se prestó a realizar estas prácticas que constituyen una infracción penal castigada con cárcel.

El Juzgado abrió diligencias por un delito de maltrato animal contra el dueño, de iniciales D.G.J., y tras las pertinentes investigaciones imputó al joven zamorano, por lo que dio traslado de la causa a la Fiscalía Provincial para que calificara los hechos, trámite que ya ha cumplido y que, una vez que el abogado del joven presente su escrito de defensa, se remitirá al Juzgado de lo Penal, donde se ventilará si se condena al propietario del can.

La mutilación de orejas y rabos en ciertas razas de perros, que antes era habitual, se ha convertido en un delito perseguido y castigado en el nuevo Código Penal.