Los trabajos de excavación en el poblado de El Castillón, en Santa Eulalia de Tábara, documentan enterramientos infantiles bajo el suelo de una vivienda de grandes dimensiones hallada durante las labores arqueológicas emprendidas por la asociación científico cultural Zamora Protohistórica. El colectivo contextualiza el episodio entre los siglos V y VI después de Cristo "en relación con el momento de máximo apogeo de la vivienda", apuntan José Sastre y Patricia de Inés, coordinadores del proyecto. Los restos humanos corresponden a niños de dos y tres años cuyos restos óseos se encuentran en buen estado de conservación.

Actividad pesquera

Tras el hallazgo, las investigaciones futuras se centrará en realizar dataciones de carbono 14, isótopos y estroncio para conocer más datos relevantes, como "su datación precisa, la dieta que consumía, las relaciones de parentesco o las enfermedades que pudieron causar la defunción", añade Sastre, director de la asociación. Los trabajos han permitido documentar también un edificio de grandes dimensiones, con intervenciones en su zona externa, vinculada con una calle, así como en dos de las habitaciones. Una de ellas "constata bancos que se adosarían a los muros de la vivienda así como un pavimento de tierra pisonada". En este área "destaca la presencia de un gran número de elementos vinculados con la pesca, como anzuelos, pesas de red y almejas.

La campaña arqueológica, que cumple este año su novena edición, ha permitido también identificar "una gran zona donde se acumulaban deshechos de la producción metalúrgica llevada a cabo en estos hornos, con la presencia de una gran cantidad de escorias de hierro procedentes de la reducción de mineral de hierro". No obstante, los profesionales registran una ocupación posterior en la zona, "dado que los hornos metalúrgicos no se encontrarían en funcionamiento, lo cual nos demuestra la evolución existente en esta zona del poblado entre los siglos V y VI después de Cristo", plantearon ayer en una presentación en Caja Rural.

La campaña de excavaciones, que supone una "continuidad" con respecto a las ediciones anteriores, ha aportado la extracción de materiales y elementos que contextualizan el poblado entre los siglos XIII y XIV después de Cristo, "mostrándonos una ocupación mucho más prolongada de lo que conocíamos hasta la fecha, donde teníamos una primera ocupación en la Edad del Hierro, entre los siglos I antes de Cristo al I después de Cristo, con su periodo de máximo apogeo entre los V y VI después de Cristo". Las investigaciones se centrarán a partir de ahora en conocer con mayor exactitud las características de este último espacio temporal de ocupación del poblado y conocer si la presencia de habitantes fue continuada o alterna.