En la derrota del "NO a la OTAN" se fraguó, como en el resto del país, el embrión de Izquierda Unida (IU) en Zamora. Fue aquella plataforma para recoger firmas para exigir el referendum y después la del "Vota no a la OTAN", impulsadas en la primavera de 1986 por el Partido Comunista (PC), lo que terminó por aunar a esta organización y a distintos movimientos de izquierda. Los jóvenes comunistas de entonces, Francisco Molina, Luis de Nicolás, Marisol Gómez... y el hoy más veterano afiliado de IU, Amable García, dieron los primeros pasos arrastrados por "la mala situación" del PC y por "el experimento" iniciado en Andalucía por Julio Anguita.

En aquella campaña pro referéndum, "se une gente que no tiene militancia y grupos políticos ajenos al PC, entre ellos, independientes, con Gabriel Guijosa como cabeza visible, Manuel Alonso Novo, que se fue del PSOE". Y jóvenes como "Miguel Ángel García Hornillos, Auxi Fernández López, Dulce Membibre, Corri Ramos..." De aquella lucha contra la entrada de España en la OTAN nació IU de Zamora en mayo de 1986, con una militancia de casi el centenar de personas, tras convocar el PC una reunión constituyente donde se decide "que no haya una cabeza visible", lo que le diferenciará del resto de la coalición en todo el país hasta 1990, cuando se acuerda que Guijosa, convertido "en líder moral" del grupo, desempeñe ese papel como coordinador. "Queríamos que fuera un movimiento político-social, en el que hubiera lucha política, partidos diversos, donde pudieran incorporarse asambleas de vecinos, sindicatos...", recuerda Molina -hoy volcado en la coalición Unidos-Podemos tan criticada en IU Zamora-, quien admite que "no cuajó y acabó siendo una formación política". Conserva, sin embargo, ese "espíritu asambleario y participativo" inicial, a decir de sus militantes y de otras dos personas básicas en la historia de la organización: el alcalde de Zamora desde mayo de 2015, Francisco Guarido, y la concejal de Personal, Laura Rivera. Ambos se sumaron al proyecto de IU en 1988, tras la primera huelga general, convencidos de que había que pasar al ámbito político "para continuar luchar por la clase trabajadora y los más desfavorecidos".

Un año después de su creación, IU afrontará la primera campaña electoral a los comicios municipales, con un cabeza de lista, Francisco Molina, que no logró entrar en la Corporación de Zamora por solo 50 votos. Cuatro años después cumpliría el sueño. Desde entonces no ha dejado de estar en las candidaturas. IU va creciendo en votos y consigue escaño en la Diputación Provincial en 1995, "momento álgido de IU con Anguita: Tuvimos dos concejales en el Ayuntamiento, con Guijosa, y yo entro en la Diputación", rememora Molina. "Nos granjeamos el respeto, la simpatía y la confianza de la gente. Detrás hay un trabajo imparable".Molina, Rivera y Guarido niegan haber monopolizado los cargos institucionales, "no había gente para encabezar las listas al Ayuntamiento, tenemos poca militancia", lamentan.

En 1999, será el actual alcalde, Guarido el cabeza de lista; en 2003, Rivera; en 2007, Molina vuelve al Ayuntamiento y a la Diputación. El número de concejales va en aumento y en 2015, cuando en el resto de España IU va decayendo, Zamora logra ocho ediles en la capital y se alza con la Alcaldía. "Ese es el momento de mayor satisfacción". La utopía hecha realidad.