El caso Valdeón ha evidenciado uma vez más la brecha existente en el seno del PP a nivel regional, con Zamora como escenario. Los dirigentes del partido se han dividido entre los que exigen más responsabilidades a Rosa Valdeón, sector encabezado por la coordinadora Mayte Martín Pozo, y los que defienden a la exalcaldesa, sector mayoritario en Valladolid y representado en Zamora por Alberto Castro. Fue el propio Castro el que ayer, preguntado por las palabras de Martín Pozo -quien aseguró que Valdeón asumía una "responsabilidad a medias" al dimitir de sus cargos en el Gobierno regional pero no como procuradora-, se posicionó contra la coordinadora al aseverar que "también ella ha cometido errores y me hubiera gustado que esos fallos se hubieran debatido dentro de los órganos del partido". Valdeón "siempre ha llevado las siglas por encima de su vida personal y ha asumido errores rápidamente. Me hubiera gustado la misma rapidez en otros casos y no la ha habido. Por esto también es justo decir que eleva el listón para determinadas personas", dijo el secretario general del PP sin especificar más. "Personalmente me molesta" el trato dadoa la exalcaldesa, apostilló Castro, aunque "también hay personas dentro del PP que la quieren y apoyan".

Aunque Castro evitó hablar de las "dos caras" del PP de Zamora sí que es evidente que el partido se divide entre los cercanos al presidente Maíllo,mayoría en los órganos oficiales, y los que se posicionan del lado de la exalcaldesa de Zamora. La situación nace en la primera legislatura de Valdeón al frente del Ayuntamiento de Zamora, momento en el que las relaciones de la entonces regidora municipal y del entonces presidente de la Diputación se enquistan. Las discrepancias entre uno y otro han sido continuas y, en muchos casos, públicas.

Ello acabó propiciando que se apartara al secretario provincial y delegado de la Junta, un hecho evidenciado el pasado mes de diciembre, cuando el recién nombrado número tres del PP a nivel nacional reestructuró el partido. En lugar de dejar el timón de mando en el teórico número dos, Alberto Castro, Maíllo propuso a los populares zamoranos la creación de la "Coordinación General adjunta a la Presidencia", puesto que fue a recaer en Martín Pozo. En la práctica, Mayte Martín vino a asumir las funciones del secretario del partido y del presidente en su ausencia. Pero la fractura alcanza de lleno a Valladolid, que parecía haber cerrado heridas con el PP nacional después de aquel "mírese al espejo" dedicado por Herrera a Rajoy y las críticas a Soria, un exministro rechazado en la región por dar la espalda a la minería, y de paso, en la línea de flotación del Gobierno Herrera. Carlos Fernández Carriedo, portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes de Valladolid salió en defensa de Valdeón y contra Martín Pozo a quien sugirió que "organice el grupo institucional que es de su ámbito de actuación, que creo que no esta exento de problemas". Todos los consejeros de Herrera han arropado a Valdeón en las últimas horas.

La incomodidad de Valdeón en el PP de Zamora llevó a la exalcaldesa a volver a Valladolid, donde entró por la puerta grande de la mano de su máximo valedor, Juan Vicente Herrera. El partido nombró a Clara San Damián candidata a la Alcaldía de la ciudad y eliminó de las listas, organizadas en Víctor Gallego, cualquier atisbo del paso de Valdeón por la Casa de las Panaderas. A la severa reestructuración solo sobrevivió Víctor López de la Parte. La caída de Rosa Valdeón no deja en buena situación a Alberto Castro, persona cercana a la exvicepresidenta. "Tengo la suerte de que" la plaza de Delegado "es un puesto de confianza y tengo el apoyo de Herrera. A mí me ratifica todos los jueves y se lo agradezco. No es un puesto que dependa de las simpatías", aseveró. Castro también aprovechó para destacar la "coherencia y la valentía" de Valdeón.