"La cifra de quienes se quitaron voluntariamente la vida mantiene una tendencia ascendente desde hace décadas. Los últimos datos indican que el suicidio volvió a ser la primera causa de muerte no natural. La cifra de quienes decidieron poner punto y final a su vida aumentó por cuarto año consecutivo hasta doblar el número de fallecidos por accidentes de tráfico". Los datos los facilita el Teléfono de la Esperanza, una de las organizaciones que se suma a la conmemoración, este 10 de septiembre, del Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

"Espera, porque hay decisiones que no tienen marcha atrás" es el eslogan elegido por la ONG. "La búsqueda es una actitud esencial para superar las dificultades que nos presenta la vida". El delegado del teléfono de la Esperanza en Zamora, Emiliano Acevedo, explica que aunque la conducta suicida no es el principal perfil de las personas que acuden a pedir ayuda, es sin duda el más grave. Sus voluntarios atendieron el año pasado 1.484 llamadas con esta temática y en 37 de ellas la conducta suicida estaba en curso. Y recibieron 11.219 llamadas de personas en riesgo por crisis depresivas".

El suicidio es un suceso que obedece a múltiples causas, de ahí que las campañas en esta materia resulten difíciles, por, entre otros factores, "el tabú vinculado a tradiciones religiosas y culturales, el estigma que rodea a quien padece esta situación y a los familiares y allegados que se ven inmersos en una atmósfera de culpa y vergüenza, y las dificultades de medios de comunicación e instituciones no especializadas para enfrentarse a un tema en la que no hay explicaciones fáciles ni abordajes sencillos".

Acevedo indica que "pertenecer al Teléfono de la Esperanza exige formación y también empatía. Has de tener una escucha activa y después dar respuestas empática para que uno se sienta comprendido". Y es que, indica, "de lo que se trata es de que la persona que llama sea capaz de reestructurar su problema y que sea él, personalmente, en que cambie. Lo que tienes que hacerle ver es que a lo mejor tiene pensamientos irracionales o ideas erróneas, pero tiene que ser él quien lo vea, no vale con que lo veas tu".

Desde la entidad abogan por la necesidad de comunicar: "La experiencia del sufrimiento es universal. Ignorarla nos lleva a conformar un nuevo grupo de excluidos en una sociedad que solo se atreve a hablar de poder, triunfo y serotonina". Es importante "conectar con las personas que atraviesan por una situación de desesperanza o desesperación, porque hay recursos para ayudarlas". E incluso abogan por "cuidar superando la falsa creencia de que hablar sobre el suicidio aumenta el riesgo de que suceda y recordando la existencia de recursos a disposición de las personas que pasan por esta situación".

Aparte del suicidio, es sobre todo la soledad la que lleva a las personas a acudir al Teléfono de la Esperanza, los problemas familiares o "la depresión por falta de trabajo o porque no están a gusto en el trabajo. Uno de los problemas más frecuentes es la soledad, personas que se sienten solas y no saben a quien acudir". Para el delegado de Zamora "en la sociedad actual vivimos al margen de los problemas de las personas, de los que pasan a nuestro lado en la calle. Vivimos en una sociedad en la que vale todo, de "voy a divertirme, no a preocuparme de lo que pase a mi alrededor". Huimos un poco de nosotros mismos".