El Centro de Tratamiento de Residuos de Zamora ha tratado más de un millón de toneladas de residuos urbanos desde su puesta en marcha en el año 2001. El CTR, situado a ocho kilómetros de la capital en dirección hacia Bermillo de Sayago, tiene una capacidad de tratamiento de 80.000 toneladas al año con dos líneas de tratamiento, una cuantía que solo se ha superado en los ejercicios 2006, 2007 y 2008, cuando las entradas de residuos en la planta superaron el tonelaje. El año 2007 fue cuando más residuos pasaron por el CTR, casi 81.500 toneladas, mientras que en el último año la cifra apenas llegó a los 72.000, la tónica general en los cinco ejercicios pasados.

En lo que se refiere a los contenedores de recogida selectiva, la provincia cuenta en la actualidad con casi 1.400 depósitos, casi cuatro veces más que en 2003. Hace trece años los municipios de la provincia apenas sumaban 340 contenedores para el reciclaje, según los datos recogidos por el Consorcio Provincial regulador para la gestión de residuos sólidos urbanos de la provincia.

También existe un servicio de recogida de pilas en los pueblos que contrata directamente la Diputación.

La planta está estructurada en distintos espacios dedicados a la clasificación y selección de residuos en masa y de envases, compostaje y vertedero controlado de rechazos. Las instalaciones cuentan con varias zonas diferencidas, además de las oficinas de control y de gestión del material.

El área de descarga y separación es la nave donde el camión accede una vez que ha pesado su carga, que es depositada en los fosos de recepción de residuos transportados. Existen dos líneas de tratamiento, una para selección de basura en masa y otra para envases. Las líneas son alimentadas mediante un sistema de puente grúa con pulpo. Después, se procede a la separación y clasificación de los residuos, aunque en una primera selección manual -triaje primario- se separan el papel y cartón y los voluminosos. Con posterioridad, para la línea de envases los residuos pasan a un abridor de bolsas que introduce los residuos una vez abierta la bolsa en el tromel de clasificación, el cual dispone de dos etapas de cribado. Una vez clasificados los diferentes materiales que se han separado, estos son almacenados en balas a la espera de su traslado hasta el centro de reciclado correspondiente.

Otra de las zonas de la planta de tratamiento es la correspondiente al compostaje. La fracción orgánica que atraviesa el tromel es conducida a otra nave contigua a través de una cinta transportadora y se transforma en material bioestabilizado, que se obtiene como consecuencia de la descomposición de la materia orgánica. Esta transformación requiere una fermentación en los diez túneles existentes y un posterior proceso de maduración en pilas.

La nave de afino -el material bioestabilizado producido debe ser afinado antes de su destino final- y el vertedero -donde se destinan los materiales que son aprovechados- son otras de las partes que componen el Centro de Tratamiento de Residuos de Zamora.