La Audiencia Provincial de Madrid ha fijado para el 13 de febrero el juicio con jurado que resolverá el crimen de la joven dominicana, Adolfina Puello, y su hija de 9 años, Argelys, cuyos cuerpos aparecieron en el pozo de una finca de San Vicente de la Cabeza propiedad de los padres de la expareja de la mujer, el único procesado por ambas muertes, Raúl Álvarez, acusado por la Fiscalía de asesinato y de homicidio involuntario, según fuentes judiciales.

Los nueve ciudadanos que decidirán si el joven de ascendencia zamorana es culpable o inocente serán los primeros en escuchar la versión del acusado, que no ha querido declarar ante la policía ni ante el juez, si bien fue quien indicó dónde se hallaban los cuerpos sin vida de la joven Adolfina y su hija, desaparecidas el 29 de junio de 2014, la víspera del día en el que tenían previsto que la niña viajara a República Dominicana para pasar unos días con su familia. El jurado escuchará durante once días a los guardias civiles que intervinieron en la investigación; a los testigos propuestos por las dos acusaciones particulares, la Fiscalía y la defensa; y a los forenses que practicaron la autopsia a los cuerpos de las víctimas en avanzado estado de descomposición, lo que dificultó las conclusiones sobre cómo se produjeron los homicidios.

Prisión preventiva

La Audiencia ha citado a las partes personadas en la causa para el próximo día 29 para celebrar la comparecencia previa al juicio, una vista en la que se abordará, asimismo, si se prolonga o no la prisión provisional del acusado. El abogado de oficio de Raúl Álvarez solicitará de nuevo su puesta en libertad, al considerar que el hecho de que el joven indicara dónde se encontraban los cuerpos no implica ni la confesión de los crímenes ni que su sea el responsable de ellos.

El 26 de noviembre de 2014, el joven acusado conducía a la Guardia Civil hasta la finca que sus padres poseen en San Vicente de la Calzada, en cuyo pozo habría ocultado los cadáveres, atados de pies y manos, seis meses atrás, hundidos bajo un encofrado de hierros y piedras que impedían que los cuerpos pudieran flotar y ser descubiertos.

El imputado ofreció pistas falsas que llevaron a los agentes a buscar los cuerpos en la Dehesa de la Villa de Madrid, ciudad donde se cree que pudo producirse la mortal agresión a madre e hija, en el piso que tenía alquilado la joven dominicana y que su expareja había frecuentado tantas veces. El Juzgado de Violencia de Género número 4 de Madrid fue el encargado de dirigir la investigación que llevó a prisión al joven Raúl Álvarez.