En la capital de Italia el temblor también se sintió con intensidad. El zamorano José Luis Martínez Gil, vicario de la Curia Generalizia Ordine Ospedaliero di S. Giovanni di Dio en Roma, vivió durante la madrugada del miércoles "un espantoso movimiento que sacudió toda la casa". Al sentir el temblor, José Luis se acercó a la ventana, donde pudo oír "un rumor que agitó a toda la vecindad" y pronto comenzaron a escucharse las primeras ambulancias circulando a toda velocidad por las vías romanas. Conversando con sus conciudadanos, el religioso zamorano recalca que es "lo más parecido a lo vivido hace siete años con el terremoto de L'Aquila". Razón no le falta, porque aquel terremoto que resquebrajó la península solo superó en una décima al registrado en las últimas horas con un 6,2 en la escala de Richter. El temblor ha reaparecido en dos ocasiones en la ciudad de Roma y el originario de Villalba de la Lampreana afirma que "han advertido que todavía habrá alguna más". Parece que al fraile le acompaña la fortuna, porque justo el martes estuvo de viaje por la provincia de Perugia, la misma donde se localizó el epicentro del seísmo.

El religioso José Luis Martínez fue enfermero del papa Juan Pablo II y durante la mañana de ayer se acercó a la audiencia del santo padre, para la cual estaba preparada una catequesis. No obstante, el sumo pontífice sustituyó el evento e invitó a todos los asistentes a rezar un rosario por las víctimas del desastre natural. El fraile de San Juan afirma que vio al papa "profundamente consternado". Hasta el punto de "no saludar a los enfermos que se acercan al Vaticano, una costumbre que nunca incumple por mucho frío o calor que haga".

Solidaridad

La solidaridad ha sido la nota positiva en la aciaga jornada del miércoles. El propio religioso de Villalba de la Lampreana, José Luis Martínez, afirma haber visto numerosas caravanas que se desplazaban desde la capital al lugar afectado para "intentar dar cobijo a todas aquellas personas que se han quedado sin hogar".