Las exigencias que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pretende que asuma hoy el candidato a la presidencia del Gobierno pro el PP, Mariano Rajoy, a cambio de su apoyo en la investidura, podría generar un cambio definitivo en la representatividad política de las circunscripciones menos pobladas como Zamora.

Rivera exige como una de sus contrapartidas la reforma de la ley electoral, y aunque habrá que esperar a ver si se acepta, en primer lugar y cómo se traduce, en segundo lugar, la mayor proporcionalidad otorgaría más peso a las circuncscripciones, ahora provinciales, con mayor población.

La ley electoral actual mantiene un sistema de reparto basado en la Ley D´Hondt, pero ajustado en función de la población residente. La concentración del voto en pocas circunscripciones y el mayor peso del voto en provincias menos pobladas provoca que cada partido necesite un número muy diferente de votos para obtener representación en el Congreso.

El voto de las provincias más pequeñas, el voto rural, fue decisivo en la mejora de resultados del PP en las elecciones del 26-J. Ese mismo sistema de reparto propició, por ejemplo, que el PNV lograra cinco diputados y grupo propio con 285.000 votos. Fueron los mismos sufragios que obtuvo el Partido Animalista, solo que obtenidos en la suma de toda la geografía en un sistema que castiga la dispersión del voto por provincias. Resultado, quedó por debajo de ese 3% que marca como mínimo la Ley para acceder a escaño.

Ciudadanos busca con la reforma electoral desprenderse de esos dos efectos para evitar que le ocurra como en los comicios de junio. Por entonces, los de Rivera necesitaron reunir más de 97.000 votos por cada uno de sus 32 escaños. El PNV, favorecido por la concentración del voto en tres provincias y el PP, primado por su fuerte implantación en provincias de escasa población como Zamora, cada diputado le costó 57.000 votos. Al PSOE cada escaño le cuesta 60.000 y unos 64.000 a la antigua Convergencia, que se ha quedado sin grupo propio en el Parlamento, pero que en sus mejores tiempos llegó a tener hasta 17 diputados con menos votos que, por ejemplo, IU, otro de los partidos "damnificados" por el reparto actual.

En su programa electoral, Ciudadanos proponía elevar hasta 400 los escaños. De ellos, 350 se elegirían a través de la Ley D´Hondt asignando un mínimo de un diputado por provincia y el resto de forma proporcional, según la población. Los otros 50 escaños restantes serían escogidos en lista nacional cerrada y bloqueada sobre la agrupación de restos (votos que han sido insuficientes para obtener escaño) de cada partido en las distintas provincias.

También, según la propuesta de Ciudadanos, contarían los votos en blanco, que se traducirían en escaños vacíos en el Congreso.

En su comparecencia de ayer, Albert Rivera se refirió a la reforma de la ley electoral como algo aceptado ya de antemano por el PSOE al ser uno de los puntos reflejados en el documento firmado con Pedro Sánchez para el fallido gobierno progresista tras las elecciones de diciembre. Pero lo cierto es que en dicho documento la propuesta era aún menos concreto: se hablaba de "un sistema de listas desbloqueadas, que permita a los electores una mayor influencia sobre la elección final de sus representantes e incentive una rendición de cuentas más personalizada entre la ciudadanía y sus representantes parlamentarios" y de mejorar la proporcionalidad, entre otras cosas, pero sin especificar. Como en el resto de esta interminable partida política, habrá que esperar.