El número de empresas de la provincia que ha entrado en concurso de acreedores continúa al alza y, de mantenerse la tónica, superará a las registradas el año pasado, puesto que desde enero son ya siete sociedades las que se encuentran inmersas en el procedimiento judicial que concluirá, con toda probabilidad, en su liquidación al carecer de recursos para afrontar sus deudas.

Este número registrado en estos primeros siete meses del año iguala a los casos habidos en 2015, cuando el ejercicio concluyó con siete empresas en concurso de acreedores, según fuentes judiciales. El descenso de este tipo de causas, no obstante, es significativo respecto del periodo comprendido entre los años 2012 y 2013, cuando el Juzgado Mercantil inició 16 y 17 causas, respectivamente. Las sociedades que se vieron afectadas por las deudas fueron 13 en 2012; 9, en 2011; otras 9, en 2010; y 12, en 2009. Precisamente, esos fueron los seis años de mayor virulencia de la crisis, cuando más puestos de trabajo se perdieron y más empresas se cerraron en la provincia, lo que explicaría que en la actualidad hayan descendido en más de la mitad las firmas que terminan en situación de quiebra, ahogadas por los acreedores y la imposibilidad de hacer frente a sus deudas, al carecer de liquidez. Es posible que en este año se produzca un repunte en el número de concursos de acreedores, aunque ligero y muy por debajo de los habidos en los primeros años de esta década. Entre enero y febrero pasados la falta de solvencia más que evidente llevó a seis empresas a solicitar el concurso, La mayoría de las empresas ha llegado este año al Juzgado Mercantil "en muy mala situación económica y sin actividad", "sin trabajadores ya" y "sin dinero para pagar" sus deudas, explican fuentes judiciales. Solo uno de estos concursos fue necesario, es decir, impulsado por los acreedores de la firma.