En solo dos guardias, los juzgados han interrogado y enviado a prisión a cinco detenidos por la Policía Nacional como autores de robos con violencia en otras tantas casas habitadas en la zona centro de Zamora, arrestos que se han producido en poco más de una semana, el último, el de la mujer rumana perseguida por el portero del inmueble de Pablo Morillo en el que acababa de delinquir su cómplice.

Los ladrones, que actúan de modo casi impecable, sin causar daños en las viviendas ni desorden, buscan, fundamentalmente, joyas, dinero y aparatos electrónicos, como las vídeo consolas, objetos que puedan llevarse del piso sin levantar sospechas entre los vecinos que puedan encontrarse en los rellanos de las escaleras o en el portal, según la información a la que ha tenido acceso este diario.

La Policía sospecha que puede haber alguna conexión entre los distintos robos perpetrados en las calles más céntricas de la capital. Los que ya han llegado a los juzgados se han producido en la avenida de Príncipe de Asturias, Cortinas de San Miguel, Plaza del Maestro Haedo y Pablo Morillo, de acuerdo con los datos ofrecidos por fuentes próximas a la investigación. Los detenidos hasta ahora son de nacionalidad rumana, lo que sería otro dato a tener en cuenta a la hora de encontrar una relación entre los diferentes robos ocurridos en este mes en la capital.

En todos los casos, los ladrones eligen pisos sobre los que antes han llevado a cabo una vigilancia constante para cerciorarse de que sus propietarios están de vacaciones, que no existe ningún inquilino que acuda regularmente a la vivienda. Se sospecha, pues, que durante varios días se lleva a cabo una labor de control sobre la vivienda elegida, posiblemente porque han detectado antes que no está habitada, al observar aspectos que delatan que sus ocupantes están fuera de Zamora.

El modus operandi para entrar en los pisos es idéntico en todos los casos que se han denunciado por el momento en la Comisaría de Zamora. Los ladrones utilizan un aceite lubricante y un trozo de radiografía para poder abrir las cerraduras sin causar ningún daño material. Ya en el interior de la casa, buscan los objetos que puedan tener mejor salida en el mercado negro, para venderlos sin tener problemas, artículos que no sean de gran tamaño y se puedan manejar sin dificultad y llevarlos encima sin delatar el robo.

Se sospecha que, como en el caso de Pablo Morillo, los delincuentes actúan, como mínimo, de dos en dos, al objeto de que uno se quede en el rellano de la escalera para vigilar y, en caso de que algún vecino del inmueble se aproxime, alertar a quien está dentro del piso robando.

La Comisaría de Zamora investiga estos hechos para tratar de identificar y detener a los ladrones y para evitar que se produzcan más robos de este tipo en la capital. Las denuncias podrían incrementarse cuando se acabe este primer mes de vacaciones, de tratarse de una ola de robos, como se sospecha. La Policía Nacional viene advirtiendo cada verano del riesgo de que se produzcan estos delitos en las viviendas, para lo que ofrece una serie de recomendaciones que impiden dar pistas a los "amigos de lo ajeno" sobre si los propietarios o inquilinos del inmueble se han ido de la ciudad por unos días para disfrutar de las vacaciones de verano. Entre estos consejos se encuentra el de cerrar bien puertas y ventanas, dejar a alguien encargado de recoger el correo o no publicar en redes sociales que se está fuera de casa durante unos días.