Ni arrepentimiento, ni dimisión como alcalde de Rosinos ni entrega del acta de diputado. Las votaciones de PP y PSOE no fueron suficientes para que Ángel Prada, condenado a siete años de inhabilitación por el Juzgado de lo Penal de Zamora, diera por terminada su época en la Diputación de Zamora y en la vida política en general. Prada aseguró ante los diputados que "siempre he actuado conforme al sentido ético de la política" y aseguró que "se me condena por pasividad, nunca por corrupción". Prada aseguró que los hechos por los que ha sido condenado "son actos administrativos de los que no me avergüenzo". Además, fue él mismo el que quiso desmarcarse del Grupo Popular: "yo pedí mi baja".

El debate de la moción sobre Ángel Prada puso la tensión que faltó al resto de la sesión. Prada criticó la actitud de los diputados tanto a izquierda como a derecha, a PSOE y PP. El primer cruce de declaraciones fue con la propia presidenta de la institución, Mayte Martín Pozo. Ángel Prada aprovechó su intervención inicial en el debate de la moción para exponer ante los diputados un detallado y personal relato de los hechos que, según él, "no constituyen ningún delito como voy a demostrar". Ante lo dilatado de su intervención Martín Pozo medió para pedir brevedad y para asegurar a Prada que "este -el Salón de Plenos de la Diputación- no es el lugar para que usted haga este relato". Se sumó al debate el portavoz socialista, Antonio Plaza, para apostillar la actitud de Prada "es una falta de respeto a la institución porque no es este Pleno el que tiene que dictaminar su culpabilidad. Son los juzgados".

El alcalde de Rosinos no se mordió la lengua y, tras contestar a la petición de brevedad de Martín Pozo con un "si no me dejan hablar me levanto y me voy" acabó con "es mejor cortarme para que no pueda hablar". También palabras duras para Antonio Plaza, a quien acusó de actuar movido por la venganza. "Usted quería que yo votara con ustedes -el PSOE- en contra del PP. No lo hice. ¿Es conmigo o contra mí?", aseguró el diputado.

El debate se tensó aún más en el segundo turno de intervenciones, cuando Ángel Prada y Manuel Santiago, el encargado de defender la moción presentada por el PSOE, se enzarzaron después de que el todavía alcalde de Rosinos se refiriese a la mujer del socialista. "Me llama la atención que ustedes hablen de corrupción cuando su mujer -la de Santiago- forma parte de una Junta Electoral siendo usted coordinador del PSOE. Su mujer tiene conocimiento de muchas cuestiones y yo no me fío de su voto. No es ilegal, pero no es ni ético ni moral". Tras varias peticiones para que la presidencia llamara al orden a Prada, Manuel Santiago zanjó el debate con un sonoro "no tiene ni idea de lo que habla".

La intervención del PP en el tema fue muy limitada y corrió de la mano de Juan Dúo. "Ya hay sentencia. Prada debe renunciar a su acta. La presidencia y el Grupo Popular ya se lo hemos solicitado, pero ahora es cosa suya. También subrayamos que no está vinculado ni a esta Presidencia ni al PP".

Precisamente la relación de Prada con el PP llevó a otro tenso cruce de declaraciones entre Martín Pozo y Plaza. "Vaya problema tienen ustedes con los militantes", aseguró Plaza. "Retírelo, no se lo consiento. No sea demagogo", contestó Martín Pozo.

La petición de renuncia a Ángel Prada contó con todos los apoyos salvo con los tres de Izquierda Unida y el del propio diputado. Laura Rivera, la portavoz de IU, quito relevancia a la moción presentada por el PSOE. "Una vez se ejecute la sentencia ya no podrá estar aquí. No hay lugar a pedir responsabilidades políticas cuando ya hay responsabilidades penales. Las responsabilidades políticas habría que pedirlas a quien le puso en las listas. Por eso es alcalde y diputado. Las responsabilidades tiene que asumirlas el propio PP", aseguró Rivera para justificar la abstención de su grupo. Por contra, la urgencia de la moción fue respaldada de forma unánime por el Pleno de la Diputación incluido el propio afectado.