Irritación, desencanto, desesperación y dolor, mucho dolor. Hace tres años que el kilómetro 84 de la vía Ourense-Santiago se limpió del amasijo de hierros que dejó el accidente ferroviario más trágico de la historia de la España reciente. Pero existe todavía una viga que entorpece la vida de las víctimas: la justicia. Aquel 24 de julio de 2013, en la nefasta curva denominada como "A Grandeira", en la localidad de Angrois, un cúmulo de errores se llevó por delante la vida de ochenta personas, dos de ellas zamoranas. También dejó más de 140 heridos. A día de hoy, las víctimas aseguran estar en el mismo punto que tres años atrás, pero con el desgaste de haber visto cómo no se ha conseguido avanzar nada con el paso de los meses. En el horizonte, la reapertura de la causa y la esperanza de que el caso se esclarezca y el horror disminuya, al menos, en el aspecto puramente legal.

Javier García Municio es el padre de Francisco Javier García, "Curro", un joven segoviano de 27 años a quien le sorprendió la muerte antes de lo debidoaquella tarde de verano. Desde entonces, lucha junto al resto de víctimas por depurar las necesarias responsabilidades del siniestro ferroviario a través de la Asociación Plataforma Víctimas Alvia 04155. "Estamos a cero con la justicia, hemos perdido tres años", se lamenta. Su discurso denota el cansancio de quien se ve caminando sin avanzar. "El único informe que teníamos hasta ahora, el de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), ha sido declarado inválido por carecer del más mínimo rigor. ¿Qué debemos esperar ahora?", se pregunta.

El informe citado por García Municio fue el encargado por Fomento a la CIAF tras el accidente y que a primeros de este mes recibió un tremendo varapalo de Europa. "La Agencia Ferroviaria Europea ha resuelto que esa investigación carece de la independencia exigida y que, además, en ningún momento se ha dado voz a las víctimas", explica. Así lo asegura Bruselas. Según las precisiones europeas, no se puede garantizar la imparcialidad de una investigación en la que participaron los entonces directores de seguridad de Renfe y Adif, a quienes las víctimas señalan como posibles responsables.

Hace apenas dos meses, la Audiencia de A Coruña ordenó reabrir la investigación del accidente, cerrada por el juez con el maquinista como único imputado. "Algún soplo habrían recibido de Bruselas", ironiza García Municio. Además, la Agencia Ferroviaria Europea se ha ofrecido voluntariamente a que sus técnicos realicen un informe. "Aceptemos esa propuesta. Una comisión integrada por cuatro miembros independientes de Europa, dos propuestos por Fomento y otros dos por las víctimas. Una comisión parlamentaria que actúe paralelamente a la justicia, como así se hace con el caso del Metro de Valencia", solicita el portavoz de las víctimas. "Y, por favor, que alguien pida perdón a las familias, que ya han pasado tres años", clama con voz de poca esperanza Javier García Municio.