Creó, para la Fundación Santa María La Real del Patrimonio Histórico, una base con el estudio y catalogación de 1.352 retablos de 330 pueblos de la provincia de Zamora y ahora completa el trabajo gracias a un contrato que le ha adjudicado la Consejería de Cultura, por valor de 16.500 euros, para concluir la tarea, con las comarcas que quedaron pendientes en esa primera acción, es decir, la Carballeda y Sanabria, y las piezas que están en 98 localidades de estas zonas del norte provincial. Es Virginia López Andrés, que es historiadora del arte y restauradora y conoce como nadie muchas de las piezas de la provincia de Zamora. Su trabajo puede ser muy útil a la hora de priorizar las tareas de restauración de los retablos con mayor valor artístico y necesidad de reparación en la provincia.

Precisamente concluir el trabajo con las dos comarcas pendientes era una de las conclusiones del trabajo de la historiadora para la Fundación, además de la conveniencia de tener en cuenta el estado de conservación de los inmuebles que albergan las piezas, puesto que "el estado de conservación del retablo será directamente proporcional al del templo que lo acoge". Con respecto al estado de conservación la estudiosa indica que "hay un poco de todo, depende de la comarca y la demografía de cada pueblo. En los pueblos donde hay poca gente los templos no tienen el mantenimiento que deberían. Pero bueno, hay de todo, desde unos retablos que los acaban de restaurar a otros que se están cayendo". En torno a un 15% puede estar restaurado.

Las necesidades de cada retablo, no obstante, son también muy distintas, desde los que tan solo requieren una limpieza hasta los que hay que desmontar y poner nuevas piezas". A lo largo de dos años de estudio, Virginia Flores logró crear un censo de retablos catalogados por tipologías, épocas, siglos y técnicas, que incluye la evaluación de su estado de conservación y de las intervenciones de restauración realizadas sobre cada una de las piezas. Así, la base de datos resultante permite búsquedas independientes o combinadas, facilitando el trabajo de otros investigadores y posibilitando que, de cara a futuras intervenciones, se priorice la restauración de las piezas que más lo necesitan. Los retablos de la provincia han tenido influencias artísticas de distintas zonas, como la escuela de Toro, Salamanca, León, la castellana,

Aunque no le gusta destacar ninguno, hay algunas piezas muy interesantes, como el retablo de La Epifanía (la adoración de los Reyes Magos), de Villalverde de Justel.

Cada retablo tiene también su historia, cuyos datos fundamentales aparecen en los libros de fábrica, donde se encuentra cuánto costó, en cuantos pagos se hicieron y las características que encargaban al artista. Eran especialistas que se movían de pueblo en pueblo, "y ya los importantes tenían su taller. Eran especialistas en la arquitectura, había doradores, un trabajo muy cualificado, o los que daban la policromía.