La banda pionera de La Nueva Canción Chilena, que compartió creatividad y canciones con el gran Víctor Jara y que sufrió el exilio en Francia tras el golpe de Estado de Pinochet, celebra su aniversario con una gira titulada "50 años, 50 sueños", que llega esta noche hasta Zamora. Quilapayún, un grupo absolutamente desconocido para la juventud, forma parte del imaginario colectivo de muchas otras generaciones, a las que tocó vivir otras épocas, sobre todo las de lucha contra la dictadura de Franco.

Los orígenes de Quilapayún se remontan a 1965 cuando Julio Numhauser y Julio Carrasco invitan al hermano de este último, a integrar un conjunto folclórico en ciernes. El trío comenzó a tomar forma, y fue bautizado con una palabra compuesta de origen mapuche, que le daría el sello a toda su carrera, Quilapayún (quila=tres, payún=barbas). El grupo de música folclórica ha enarbolado la bandera de la defensa de la clase trabajadora. La temática de sus canciones, dedicada a los problemas sociales los ha catapultado a un primer plano y su mensaje sigue vigente hasta ahora. De hecho, canciones como "El pueblo unido jamás será vencido" son hoy aún un eslogan, aunque mucha gente desconozca su origen.

Quilapayún acercará hasta Zamora en el concierto que dará comienzo a las 22.00 horas, con entrada gratuita, buena parte de sus canciones más célebres, como "Plegaria a un labrador", "Qué dirá el santo padre", "Nuestro cobre", "La mariposa", "Carabina 30-30", "Dónde está la que quiero", "Contraste", "La paloma", "Luz negra", "Discurso de Matta", "El cigarrito", "Allende", "Ventolera", "Vals de Colombes", "Mi patria", "La muralla", "Malembe", o "El pueblo unido jamás será vencido".

La actual formación de Quilapayún la integran Eduardo Carrasco, Carlos Quezada, Hernán Gómez, Hugo Lagos, Rubén Escudero, Guillermo García, Ricardo "Farzán", Venegas, ismael Oddó, Sebastián Quezada, Ricardo "Caíto" Venegas y Fernando "Huaso" Carrasco.

Son muchos los hitos de la carrera de Quilapayún. Por ejemplo, en el año 1969 editan el LP "Basta", que incluye un clásico de su repertorio: "La Muralla" y poco después irían distanciándose de Víctor Jara.

En el año 1970 el conjunto decide darle un giro a su carrera, a partir de un trabajo con el compositor Luis Advis, quien compone para ellos la que sería la obra más trascendente de la música popular chilena, "La Cantata Santa María de Iquique".