La juez de lo Penal deberá decidir si condena a un año y medio de prisión o impone solo una multa al agricultor que provocó heridas en la cabeza a la conductora de un vehículo sobre el que cayó el peine de su cosechadora el 22 de junio de 2014, cuando salió sin medidas de seguridad adecuadas a la carretera de Peleagonzalo e invadió la calzada sin dejar margen de maniobra al turismo, un Citroen C4, para poder evitar el accidente.

Al delito de imprudencia grave que la Fiscalía contempla, la abogada de la conductora añade otro de conducción temeraria manifiesta, por lo que exige un año y medio de prisión, además de una multa de 5.400 euros, muy alejada de los 1.620 euros que solicita la fiscal al Juzgado de lo Penal, donde se celebró ayer el juicio.

El procesado, de iniciales R.G.G., admitió haber invadido la vía pública con la cosechadora, si bien aseguró que para prevenir un posible accidente, en una carretera que es poco transitada, pidió a dos trabajadores que se adelantaran para situarse uno en medio de la calzada, con chaleco reflectante, para parar a los vehículos que pudieran llegar; y el otro, en el lado derecho de la carretera con una furgoneta con las luces encendidas.

La conductora del turismo que se empotró contra la cosechadora aseguró no haber visto a nadie en la carretera. Se da la circunstancia de que la mujer salía de una curva, con lo que la visibilidad era nula, según confirmó el guardia civil que testificó ayer e insistió en que las medidas de seguridad que debió tomar el agricultor deberían haber consistido en ir escoltado por delante y por detrás de vehículos bien señalizados.

El agente de Tráfico fue contundente a la hora de exponer la imprudencia del conductor del vehículo agrícola, primero por sacar la cosechadora con el peine a la carretera que, aunque no tenga mucha intensidad de tráfico y a pesar de que el accidente ocurrió un domingo por la tarde, "tiene circulación porque conecta varias poblaciones" y se trata de un tramo de curvas peligrosas. Aunque había un hombre con chaleco reflectante, "la señalización era nula; las luces traseras de la cosechadora no funcionaban y las frontales no sé si las llevaba cuando ocurrió el accidente", puntualizó a preguntas de la acusación.

El agente añadió que la presencia del trabajador en la calzada "no era efectiva porque estaba a 500 metros de la máquina", de modo que aunque la conductora del coche siniestrado le hubiera visto, no tendría por qué percatarse de que se indicaba la presencia de una cosechadora. Además, agregó el guardia, la máquina "ocupaba el tramo de la vía y el impacto era inevitable", como así ocurrió.