Once años de alternativa, pero un ciento de sapiencia cuando uno vive entre luces y sangre. Cayetano llega a Zamora (hoy torea en el coso capitalino junto a López Simón y Clemente) con más ganas que nunca. A tiro de piedra tiene la salida a hombros en León: cuatro orejas y lo que es mejor, un toreo sin aristas, de cartel. Quiere repetir lo de Ronda y lo de esas tardes de gloria que alimentan su oficio. Ha vuelto convencido, rompedor, gustándose. Lo dice claro en esta entrevista labrada línea a línea: "No me gustaría tener un hijo torero, ni sobrinos tampoco en el ruedo". Y reflexiona sobre los antitaurinos y sobre su oficio: "Los toreros son seres normales y corrientes, aunque lo más normal y corriente sea no ser torero".

-¿Qué mueve a un torero con inquietudes, con mil cosas que hacer, a volver a los ruedos después de estar asentado en la placidez del devenir cotidiano fuera de los cosos?

-Siempre he dicho que no hay nada comparable a las sensaciones, vivencias de un torero. Es una emoción muy grande. Y todavía me siento capaz de afrontar las exigencias que supone ponerte delante de un toro. Lo hago porque puedo. Aún así, voy a mantener un número de corridas con el que me siento cómodo, y que me permite tener algo de tiempo para otros proyectos empresariales y para mi fundación "Yo Niño".

-El pertenecer a una dinastía taurina, ser un personaje conocido fuera de los ruedos, ¿supone una ayuda o un hándicap cuando se pone delante de una res? ¿El nombre, la responsabilidad de una familia es una exigencia más, un deber?

-Yo pienso que la historia de mi familia, al principio puede abrirte puertas, que es mucho. Aunque luego está la otra cara de la moneda, las exigencias por mantener el nivel que corresponde a mis apellidos, que es muy alto. En vez de un obstáculo, yo lo veo como una motivación. Y un orgullo.

-¿De dónde saca el valor, la disposición para ponerse delante de un toro, cuando este animal es el culpable de la mayor tragedia que usted ha vivido, la muerte de su padre?

-Entiendo que deba ser difícil de entender, y por desgracia no es más fácil explicarlo. Aprendí a respetar y querer al animal que me arrebató a mi padre con la educación taurina y personal, que me dieron en casa. Llevó un tiempo, pero ahora es al animal que más admiro. Es un orgullo y un privilegio ser torero. Y me gusta pensar que transmito ciertos valores con lo que hago. Me gusta pensar que hay gente a la que vernos enfrentarnos a la muerte, con todas las dificultades que puede presentar un toro, el viento, la lluvia, etc., les da fuerzas para enfrentarse a su día a día.

-Cuando un torero viene a plazas como la de Zamora, donde sabe que la trascendencia de las faenas va a ser menor, ¿luce una disposición diferente a cuando lidia en ruedos de primera?

-Por supuesto que los nervios, la repercusión, el riesgo profesional, todo es diferente. Pero eso no quiere decir que no se vaya con la misma disposición. Para mí cada plaza es importante. Y voy a cada plaza a intentar dar lo mejor de mí.

--¿Qué tienen que hacer los taurinos para intentar parar el viento en contra que golpea desde diferentes ángulos la fiesta nacional?

-Estar unidos. Organizarnos mejor. Y comunicar bien lo que es el toro en el campo, lo que son las corridas de toros, lo que la figura del toro supone para nosotros. A mí no me gusta hablar de la economía del toro, pero dados los tiempos que corren, pienso que también es importante tenerlo en cuenta.

-¿Y los diestros en concreto?

-Sumarnos al movimiento taurino y darle mas visibilidad. Más difusión. Con orgullo. Que conste que yo no disfruto matando al toro, disfruto toreándolo.

-¿La Fundación del Toro de Lidia está cumpliendo los ambiciosos objetivos que se marcó cuando se puso en marcha?

-La Fundación del Toro de Lidia era un paso necesario. Está cumpliendo, aunque no todo lo rápido que personalmente me gustaría. Se puede mejorar, y confío en que con el tiempo lo haga, por el bien del futuro de toro bravo, y nuestra tradición cultural taurina.

-¿Cómo se puede luchar contra el antitaurinismo de muchos políticos que están tomando decisiones que perjudican seriamente a la fiesta nacional, una manifestación reconocida y declarada oficialmente como cultural?

-El antitaurino populista caerá por su propio peso cuando llegue el momento. La hipocresía de prohibir para proteger funciona mientras se diga pero no se ponga en práctica... Que caiga una plaza de toros, dos, tres... da pena, pero no es un gran problema. Ya veremos cómo reaccionan cuando vean las consecuencias, si siguen avanzando por ese camino.

-La alternativa a Clemente va a ser la primera que oficia en su vida, ¿le hace ilusión?

-Me hace mucha ilusión. Es un día muy importante y especial para él y una responsabilidad para mí. También una forma de darse uno cuenta de que no es nuevo en esto, y que pasan los años. Me hace ilusión, sí.

-¿Qué le va a decir al matador francés cuando le ceda los trastos?

-Eso es algo personal, como los brindis.

-¿A usted le gustaría tener un hijo torero?

-De ninguna manera. Y sobrinos tampoco.

-Si usted tuviera que defender la fiesta nacional en el Parlamento Europeo, ¿con qué argumentos lo haría?

-Hay muchos argumentos que se pueden utilizar. Qué supone el toro bravo para nuestra sociedad en términos de medio ambiente, económico, cultural. Esa es la pregunta que todos deberían hacerse.

-¿Se torea ahora mejor que nunca?

-No. El arte nunca es mejor ni peor, es diferente. Y para mí el toreo es arte, una expresión artística que proviene de un sentimiento.

-¿Es tiempo de gestos entre los matadores, que buscan dar ejemplo y despertar a la afición, ¿tiene usted alguno preparado como, por ejemplo, encerrarse con seis toros?

-Encerrarme con seis toros como me encerré en Bilbao en mi despedida como novillero sí es algo a lo que doy vueltas. Pero ya veremos cuándo y dónde.

-¿Qué se puede hacer para llevar a los jóvenes a las plazas?

-Mejorar la forma de comunicar y conectar con ellos. Y mejorarles los precios. Eso es lo que haría yo como empresario.

-Hay diestros muy jóvenes como López Simón que vienen pegando y triunfando, ¿qué haya relevo generacional es bueno, asegura el futuro de la fiesta?

-Es bueno y necesario.

-¿Cómo se prepara mentalmente para salir a la plaza?

-Es un trabajo mental que se prepara a diario.

-El torero vive del aplauso, del público, ¿pero cuándo se queda solo, qué piensa?

-Los toreros son seres normales y corrientes, aunque lo más normal y corriente sea no ser torero.