Son los jóvenes de la guerra, trabajadores de campo sin carreras universitarias pero que ostentan un nuevo título: el de abuelos de Zamora. Se trata de Vicenta Prieto Santos, de 107 años, y Luciano Leal Sánchez, de 106. Dos zamoranos que ponen rostro a la longevidad y a los que LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA ha querido rendir un homenaje en papel con la portada de periódico del día en que nacieron, hace más de un siglo. Ambos ponen alma y rostro a la imagen de la longevidad en representación de otros tantos mayores que superan el centenar. Cien años de vida, de superaciones, de pérdidas y de evocaciones.

Vicenta Prieto nació en Santa Croya de Tera, aunque reside en Santibáñez a raíz de su rotura de cabeza, hace apenas tres años. A sus 107 años tiene una memoria privilegiada que le permite recordar sus faenas en el campo, a sus padres, Agustín y Petra, y a sus siete hermanos, todos ellos fallecidos ya. No olvida tampoco la dehesa del Orcejón, entre Villanueva de las Peras y Litos, donde fue a trabajar para sacar el jornal. "Yo creo que quedaban contentos porque hacía todo lo que podía", explica mientras mira a su familia y mueve su pelo blanco, recogido en una coleta. Mujer religiosa, de buen carácter y refranera, reza de carrerilla sus oraciones porque "es muy creyente, no se pierde una misa", explican sus sobrinos. Nunca duerme siesta, es de buen conformar y en su pueblo "daba propinas siempre a todos los niños". Quizá porque nunca tuvo hijos, aunque sí muchos sobrinos. No llegó a casarse "y ahora me pesa", dice, entre risas, aunque hasta cita nombre y apellidos de algún antiguo novio del pueblo. Hace solo unos años, le pidió un deseo a sus sobrinos: quería ver el mar... "Y allí la llevamos, a Galicia, y volvió del viaje como una rosa mientras nosotros estábamos agotados del viaje", cuentan.

Con un año más cuenta Pilar García San Román, que cumplió en febrero 108 años. Sanabresa de corazón, vive en la residencia de Roales del Pan. "Trabajar y querer mucho a la gente" son los secretos de su longevidad. Vivió siempre en Puebla, aunque pasó un par de años en Brasil para regresar a Sanabria, de la que se reconoce enamorada.

Luciano Leal nació en el Cubo del Vino, aunque vive desde hace varios años en la residencia San Gregorio. El campo y la albañilería fueron sus ocupaciones con las que sacó adelante a toda su familia. "Antes sí que se trabajaba, no como ahora", explica mientras pasea por el jardín junto a su única hija. Si hay algo que le defina es su espontaneidad -ésa que le hace espetar algún coño bravucón de vez en cuando- y su sentido del humor, "siempre bromeando con todos", cuenta su familia. Tenaz, bonachón y muy trabajador perdió a su mujer hace quince años "y aunque pensábamos que se moriría de la pena, ahí lo tienes", añade Paulina Leal. Si tiene que pedirle algo a la vida, a sus 106 años, él lo tiene muy claro: "¡Que vengan muchos más!".

La generación zamorana nacía cuando en España se creaba el Instituto Nacional de Previsión, el embrión de lo que más tarde sería la Seguridad Social, y el Gobierno autorizaba a las mujeres a estudiar en la Universidad. En Santiago de Chile nacía Salvador Allende y en la India venía al mundo Teresa de Calcuta. En los mismos años, nacía en España el escritor Miguel Hernández mientras que fallecía el novelista ruso Tolstoi y en Portugal se proclamaba la República. Estos acontecimientos y otros tantos más son los que han descubierto los abuelos de Zamora a través de las portadas de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Obsequio hecho papel

Un homenaje con forma de papel, marco y cristal con el que los más mayores de la provincia han traído a su presente inmediato hechos históricos olvidados o acontecimientos que cambiaron el curso de la historia, de su intrahistoria, como es el caso de la llegada de la Seguridad Social al país.

Aunque no existe un registro oficial en el que figuren las personas más mayores de la provincia, zamoranos como Pilar García, Vicenta Prieto o Luciano Leal tienen todas las papeletas de serlo y no solo en Zamora, sino en el resto del país. España, con un promedio de 82,8 años de esperanza de vida, es el cuarto país del mundo en el ranking de mayor edad, empatada con Australia y por detrás de Japón, Suiza y Singapur, donde la población vive más tiempo, según las últimas estadísticas internacionales publicadas por la Organización Mundial de la Salud.

Teniendo en cuenta que no existe un registro de personas longevas ni una relación que recoja a los vecinos más mayores de España, todo apunta a una mujer andaluza afincada en Cataluña como la de más edad de la historia del país, a sus 114 años. Es, además, la segunda persona con más edad de toda Europa, a seis años de distancia de la sanabresa Pilar García, la vecina zamorana de mayor edad.

Son los abuelos de la provincia. Hombres y, sobre todo, mujeres curtidos por el sol, de manos ásperas de trabajar las tierras y de afortunadas mentes ágiles que, en algunos casos, siguen activas y agudas. Y por muchos años porque los abuelos nunca mueren, solo se hacen invisibles.