El fotógrafo Pedro Ladoire exhibe en la sala de exposiciones de la Encarnación una selección de fotografías centradas en la parte más íntima de la Semana Santa de Zamora.

-¿Cómo nace esta exposición?

-Yo vengo haciendo fotografías de Semana Santa desde hace muchos años, aunque no soy un fotógrafo al uso porque no estoy todas las pasiones haciendo fotografías. Creo que hay que oxigenarse, hay que dar un descanso a tu mente porque visualmente también te saturas. Esta exposición es fruto de un proyecto que comencé en 1992.

-¿Por qué?

-Porque quería mirar la Semana Santa de otra manera. Siempre se fotografían las procesiones cuando lo más interesante es lo que no se ve, donde encuentras una realidad distinta. La muestra es la evolución del proyecto que inicié en el 92. Entonces comencé a hacer cosas en las iglesias, algo que se hacía a nivel muy aficionado y conté con el beneplácito de las cofradías y de la Junta pro Semana Santa por ser la novedad. Ahora presento una fotografía distinta, humanista, documentalista, de búsqueda que entra en un mundo muy onírico, a veces, muy íntimo y muy doméstico. La gente se reconoce en esas imágenes y eso es lo más interesante. La fotografía es la única manifestación artística que activa los resortes de los sentimientos y de la memoria. La música y el cine junto a la fotografía conectan con las emociones.

-Huye de la visión cronológica de la Pasión.

-La mayoría de ellas están hechas el pasado año y no son procesión por procesión, lo que puede sorprender a algunas personas. La selección responde a aquellas que fotográficamente para mí son las más interesantes.

-Se asocia interés fotográfico a las procesiones de noche y sin embargo usted capta muchas de día.

-La noche tiene el encanto de las luces y más con la Semana Santa tan dramática y austera que tenemos. Sin embargo a mí me interesaba más captar el lado más humano porque lo que no se fotografía es lo más interesante. Todavía quedan cosas por fotografías de interiores. Me gustaría hacer algo con las casas de los semanasanteros. El desfile procesional está muy manido y han venido fotógrafos a nivel mundial muy buenos y cada vez hay más profesionales.

-Alude a la presencia de profesionales, pero ahora existe una elevada cifra de fotógrafos en los desfiles.

-La situación actual la veo mal porque hay una elevada proliferación. No obstante, en Zamora existe una gran disciplina a la hora de realizar las fotografías en los desfiles en comparación con Salamanca, por ejemplo, pues allí es habitual parar los pasos a cada fotógrafo. En esta ciudad todavía no se te hace habitualmente. Además no creo que la abundancia de cámaras sea por las nuevas tecnologías. Recuerdo el paso del Cristo del Amparo por el arco de Obispo cuando yo tenía 20 años y los fogonazos de los flashes de las cámaras entonces analógicas eran constantes.

-¿Por qué ha optado por el blanco y negro y por dar el protagonismo al cofrade frente a los grupos escultóricos?

-El protagonista de la Semana Santa es el zamorano, no los directivos de las cofradías, no nos engañamos. El hombre y la mujer de esta ciudad son los que año tras año salen a la calle y hacen que sea lo que es esta Pasión. He optado por el blanco y negro porque alude a cosas pasadas y retrotrae a tiempos pasados además centra mucho la mirada del espectador en los detalles. En color tengo las mismas imágenes pero muchas, pierden.

-¿Qué pretende con esta serie de imágenes?

-Apelar a los sentimientos del espectador a través de una fotografía más sutil y sugerente a la vez que poética. Quiero que el público se involucre.

-Un buen fotógrafo ¿nace o se hace?

-Yo creo que todo tiene que tener unas cualidades pero hay que trabajar. Yo creo que se hace, y el secreto es ver mucha fotografía y tener muchas referencias. En mi caso un referente siempre ha sido Cartier Bresson y americanos, como Robert Frank o William Klein, sin olvidar el fotógrafo de arquitectura ya fallecido Gabriele Basilico.

-¿Baraja hacer algo sobre arquitectura?

-He concluido un trabajo sobre arquitectura de Zamora, una provincia que se está despoblando pero que tiene cosas interesantes. Se trata de un proyecto sobre arquitecturas contemporánea que pasa desapercibidas para el público. Mi idea es divulgarlo a través de un libro y de una muestra confío que este o el próximo año.