Más de 15.000 romeros han disfrutado durante toda la jornada de los actos en honor a la Virgen de la Concha, en compañía de un día primaveral, soleado, a pesar del frío y la lluvia de la última semana.

A primera hora de la mañana, miles de zamoranos se acercaron a la iglesia de San Antolín para acompañar a la Virgen en su recorrido urbano, tras la misa en el templo románico, oficiada por Francisco Abad, el capellán. Posteriomente, la Virgen realizó la habitual visita a su vecina la Virgen del Yermo, con el rezo de la salve en el templo de San Lázaro.

Como es costumbre, los romeros realizaron las paradas habituales en la Cruz del Rey don Sancho y el teso de la Salve, antes de llegar a las inmediaciones del pueblo de La Hiniesta, donde aguardaba la comitiva municipal de la localidad. Aunque los primeros caminantes llegaban poco antes de las once de la mañana, la Virgen se demoró. Allí se produjo el intercambio de bastones entre el alcalde Francisco Guarido -que se incorporó allí a los actos- y el de La Hiniesta, Eugenio Gregorio, además del saludo de pendones, a cargo de José Luis Gutiérrez "Guti", que blandió el granate de La Concha, y José Carlos Herrero, que portaba el azul y morado del municipio vecino. Los niños de Primera Comunión, siete, recitaron poesías ante la atenta mirada de los lugareños.

La comitiva llegó al templo de La Hiniesta, frente a la espectacular portada gótica del edificio. Allí el párroco Manuel Carrascal, arropado por numerosos sacerdotes de la comarca, ofició la misa, con la presidencia del obispo, Gregorio Martínez, quien reconoció el valor del hermanamiento entre zamoranos y su unión con la fe cristiana. Terminada la eucaristía una larga cola de fieles esperó para, pasando por debajo de La Concha, subir hacia el camarín, donde reposa la pequeña Virgen de la Hiniesta, donde se aprecian pinturas de especial valía.

Por último, los romeros se dispersaron por los bares del pueblo hasta la hora de la comida de hermandad, a base langostinos, ibéricos y chuletón, en el pabellón municipal. A eso de las cinco y media, la procesión ha iniciado el regreso hacia Valderrey, donde está prevista la habital parada para merendar, antes de continuar el camino hacia la capital. Otro año más, debido a las obras del AVE, la romería no ha podido surcar Valorio, donde tiene lugar una de las estampas más castizas. Está prevista una última parada en la ermita de Los Remedios hacia las diez de la noche, para culminar la brillante 726ª edición de La Concha.