En la Cámara Alta, donde hace cuatro meses el PP obtuvo mayoría absoluta, el sistema de elección de senadores con listas abiertas hace más difíciles los cambios en las tendencias. Desde hace años el PP dispone de tres representantes en esta Cámara y uno el PSOE. La papeleta incluye a tres candidatos de cada uno de los partidos que se presentan. El elector debe marcar en la casilla hasta un máximo de tres nombres. Los cuatro más votados serán los futuros senadores. De ahí que Podemos haya intentado pactar con el PSOE listas conjuntas al Senado para "robarle" al PP un buen puñado de escaños. En el caso de los socialistas, aunque un votante marque tres cruces de la formación que lidera Sánchez, es prácticamente imposible que el PSOE consiga su segundo escaño en Zamora, con lo cual dos de las cruces no irán a ningún sitio. Lo mismo ocurre con las formaciones que se quedan fuera de la pugna. Sólo el PP está en posición de fijar sus tres escaños en el Senado y el PSOE de mantener el suyo.

El cuarto de los senadores, el socialista José Fernández Blanco, obtuvo 26.304 votos, frente a los 43.706 del popular menos votado pero electo, Javier Faúndez, con 43.706. De sumar los apoyos del aspirante a senador con mayor respaldo en Podemos y el de Izquierda Unida se lograrían 21.480 sufragios, a 4.824 del cuarto senador. En una batalla completamente estratégica se podría dar el caso de que los partidos que están en segundo y tercer lugar voten de forma calculada a los primeros de más de una lista. En este contexto podría perder un senador el PSOE o, dado el caso, aunque mucho más complicado, el PP (porque habría no sólo que dar votos a una tercera fuerza política sino insuflar al PSOE para que mantuviera a su senador). Las listas abiertas se prestan a este tipo de estrategias, aunque ello requiere un mensaje claro de los partidos a sus bases o pactos públicos o encubiertos. En Zamora se eligen cuatro escaños de los 208 que se juegan en todo el país. A mayores hay que sumar otros 58 que designan las comunidades autónomas.

El próximo 26-J el PP tendrá que estar muy atento a su tercer diputado y el PSOE a su único senador, porque con estrategia y calculadora en mano puede haber sorpresas en las urnas. O no.