2.702 votos. Esta es la cifra exacta que necesita la coalición de IU y Podemos para arrebatar uno de los dos escaños al Partido Popular en las Elecciones Generales del próximo 26 de junio, en concreto, el "más barato" de los obtenidos el pasado 20-D por los populares, el asiento de José María Barrios. El objetivo de los dos partidos de izquierdas está ahora más cerca tras el pacto escenificado el pasado lunes por los líderes de las formaciones, Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Sumarán sus papeletas y se acercarán a la representación en el Congreso, siempre que se repitan los datos de la última convocatoria electoral.

La proyección de los datos y la interpretación de la Ley D'Hondt arroja dos conclusiones. La primera es que las formaciones emergentes estuvieron mucho más lejos de obtener un asiento en la Cámara Baja de lo que parecía. Entonces, Podemos obtuvo 15.865 papeletas y Ciudadanos, 14.608, resultados extraordinarios para grupos de nuevo cuño que se quedaron no obstante muy lejos de los apoyos recogidos por las fuerzas mayoritarias, PP y PSOE.

La segunda conclusión es común al resto del país. La coalición Unidos Podemos tiene por objetivo aprovechar el caudal de votos de Izquierda Unida distribuidos por todo el país sin llegar a los mínimos requeridos para obtener representación. En el caso de Zamora, los votos de Ciudadanos y Podemos compitieron por entrar en el Congreso, pero las 5.514 papeletas de Unidad Popular se pierden en terreno de nadie, poco más que una declaración de intenciones.

¿La suma de ambas fuerzas amenaza la primacía de los dos grandes partidos en la provincia? Si la voluntad de los zamoranos no ha cambiado con respecto de la última cita electoral, la coalición que liderará Braulio Llamero necesitará 2.701 votos para empatar con el segundo diputado obtenido por el PP. En ese caso, el de un improbable empate, serían los populares los que se llevarían el asiento en el Congreso debido a que tendrían mayor número de votos. Una papeleta más para la coalición daría el sillón a Llamero y dejaría a Barrios a dos papeletas del asiento que ha ocupado estos meses en la Cámara Baja.

Si los populares -que obtuvieron el 41,99% de los votos el 20-D- bajaran en las urnas el próximo junio, la diferencia sería más asequible para la coalición y viceversa. De ahí que Braulio Llamero, que ha ha hecho las cuentas según la Ley D'Hondt, establezca la representación en unos 2.500 votos tras sumar los más de cinco mil de Izquierda Unida.

Existe un factor más que podría modificar los resultados. Se trata de la supuesta fuerza de Ahora Decide, la escisión del Partido Socialista. En las elecciones municipales de 2015, la formación que lidera Carmen Guil cosechó unas tres mil papeletas, redistribuidas entre otros partidos o incluso la asbtención en las últimas generales, dado que Ahora Decide no concurrió. ¿Cómo puede variar ese reparto ante la irrupción de Unidos Podemos? Ese es uno de los enigmas que se deslindarán el próximo 26-J.

El baile de diputados -o el mantenimiento de "status quo" actual- es posible debido a las reglas de la Ley D'Hondt. La norma que rige los comicios hace que los diputados sean "más caros" o "más baratos" en función de la provincia del país, su población y la concentración del voto, algo que suele favorecer a las formaciones grandes y a los nacionalistas. En Zamora, el diputado cuesta 37.978 votos, lejos de los 100.594 de Madrid o de los 26.105 de Soria, ejemplos de precios extremos tras el 20-D.